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Greg Smith, directivo de Goldman Sachs en Londres, renuncia a la firma después de 12 años de pertenecer a esta, no sin denunciar públicamente la podredumbre moral en que se encuentra esta corporación; la carta cuesta 2 mil millones de dólares de pérdidas.

Greg Smith era hasta hace unos días directivo de Goldman Sachs en Londres, donde estaba encargado de la división vigilante de la equidad en los negocios. Sin embargo, visiblemente asqueado de lo que pasaba por su conocimiento y después de 12 años de trabajar para la firma en Nueva York y en Londres, Smith tomó la decisión de renunciar, no sin antes revelar por medio de una carta pública la podredumbre moral en que ha caído esta compañía de inversiones que también ha recibido el mote de “calamar vampiro”.

Smith acusó al director ejecutivo Lloyd Blankfein y al presidente Gary Cohn de haber perdido “la cultura de la firma” y estar “moralmente arruinados”. “Este declive en la fibra moral de la firma representa la amenaza solitaria más seria para su supervivencia a largo plazo”, sentenció. El ex empleado agregó además que los directivos se referían repetidamente a los clientes como “títeres”, incluso en correos electrónicos de circulación interna.

“Asistí a juntas donde no se dedicaba ni un solo minuto a preguntarnos cómo ayudar a nuestros clientes. Solamente se hablaba de cómo podíamos ganar lo más posible de ellos”, escribe Smith.

Smith también formaba parte de un programa de reclutamiento en universidades de todo el mundo que buscaba más empleados para Goldman Sachs y curiosamente fue ahí donde tomó conciencia de su malestar: “Supe que era momento de irme cuando me di cuenta de que no podía ver a los ojos a los muchachos y decirles que este era un gran lugar para trabajar”.

“El liderazgo solía tratarse de ideas, poner el ejemplo y actuar correctamente. Ahora, si haces que la firma gane suficiente dinero (y no eres un asesino serial) serás promocionado a una posición de influencia”, agrega, en una dimisión que algunos, con humor pero también con acierto, han comparado con la renuncia de Darth Vader al Imperio Galáctico.

Goldman Sachs por su parte emitió un comunicado donde se dice en desacuerdo con lo expresado por Smith, asegurando que en su corazón descansa la verdad fundamental de que si sus clientes no son exitosos, la compañía tampoco. Tan sentidas palabras, sin embargo, no evitaron la pérdida de poco más de 2.2 mil millones de dólares en acciones de la compañía como resultado del testimonio del directivo.

Recordemos que ha sido el protagonista —siempre ganancioso— de las crisis financieras recientes más importantes en todo el mundo, con particular gusto por las economías nacionales, en donde han sabido crear una zona donde sus intereses particulares y los intereses supuestamente colectivos de los gobiernos se confunden, gracias a la inserción de directivos en puestos clave de las instituciones financieras públicas.

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