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Aunque la ley SOPA parece por el momento derrotada, podrían existir otros proyectos que recojan su nefasta herencia contra el libre tráfico de contenidos en Internet.

Hace un par de semanas el Congreso Estadounidense decidió frenar la votación de la iniciativa SOPA que puso en alerta a muchísimas personas e instituciones en todo el mundo, descontento expresado en manifestaciones como la de Wikipedia y otros sitios que por un día bloquearon el acceso a su contenido. Como sabemos, los proyectos SOPA y PIPA intentaban imponer medidas de censura amparadas en un estricto entendimiento de los derechos de autor y la llamada propiedad intelectual.

Y aunque por el momento la aprobación de dichas leyes parece aplazada indefinidamente, existirán otras iniciativas alimentadas por el mismo espíritu, varias maniobras que intenten alcanzar el mismo fin aunque lleven otro nombre y sigan otros caminos. Lore Sjöberg, desde el sitio Wired, realiza un interesante ejercicio especulativo en torno a una hipotética y siniestra descendencia de SOPA.

  • OSCRA (Open Source Copyright Reallocation Act; Ley de Reasignacion de Derechos de Autor de Código Abierto)

Hasta ahora se ha creído que el espíritu open source es una buena y efectiva manera de darle la vuelta al copyright y conjurar la codicia de quienes creen en la propiedad intelectual. Sin embargo, de aprobarse la OSCRA, los derechos de autor de un bien inmaterial registrado como código abierto pasarían automáticamente a aquella persona o institución que comenzara a lucrar con este.

  • LORA (Lexicon Official Registration Act; Ley de Registro de Lenguaje Oficial)

Como si se tratase de una medida sacada de una ficción distópica y totalitaria, la LORA volvería legal que una entidad registre como propias determinadas palabras y se arrogue el derecho de reclamar a quien las use sin los permisos correspondientes. Una medida tan perversamente descabellada que incluso resulta ridículo, ominosamente ridículo, imaginar un ejemplo.

  • IPPA (Idea Presumption Prevention Act; Ley Preventiva contra la Presunción de una Idea)

Para continuar en el mundo según lo imaginó Orwell en 1984, ahora pensemos en una supraentidad burocrática que regule los pensamientos de una persona, que los someta a una valoración y dictamine si estos pueden o no realizarse.

Eso es lo que haría la IPPA: antes de echar a andar una idea, la persona que la tuvo debería registrarla, darla a conocer y ponerla a consideración de un comité integrado por representantes de corporaciones que, después de examinarla, podrán elegir entre comprar la idea a un precio “justo” y adquirir así el derecho a explotar sus beneficios entre los consumidores o simplemente enterrarla entre millones de archivos evitando el día en que alguien más le encuentre el valor que ellos no vieron.

  • PIPAPAPIPAPA (Prevent Intellectual Property Annihilation and Prohibit Anti-Possessive Internet Proclamations Always, Please Act; Ley Suplicante de Prevención contra la Aniquilación de la Propiedad Inteelctual y Prohibición Permanente de Proclamaciones de Anti-Propiedad en Internet)

En franco delirio legaloide, la PIPAPAPIPAPA cortaría de raíz este problema (y quizá, potencialmente, todos los problemas) penalizando cualquier movimiento de disidencia en Internet que busque mayor flexibilidad en las leyes sobre propiedad intelectual: desde un movimiento bien organizado hasta una simple queja expresada en solitario contra el Gran Regulador de Contenidos en Internet.

 

[Wired]