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La obra del artista Giuseppe Randazzo, al más puro estilo del clásico trompe l'oeil, desafía nuestra perspectiva y nuestra certeza engañando al espectador con la armoniosa y fractálica geometría de sus patrones líticos.

A primera vista cualquiera diría que los diseños aquí presentados han sido cuidadosamente planeados y dispuestos, eligiendo con todo detalle piedras de similar tamaño, textura y color para obtener una armónica uniformidad que comulgase además con los patrones geométricas que se adivinan en perspectiva.

Nada más falso. Al más puro estilo del clásico trompe l'oeil, el artista Giuseppe Randazzo utilizó un programa de computadora que realizara estos dibujos a partir de cálculos algorítmicos expresados en un diseño tridimensional. Dice Randazzo:

Este proyecto comenzó como una búsqueda del algoritmo óptimo para disponer objetos 3D sobre una superficie, pero se transformó en algo un tanto diferente. Me encanta el trabajo de Richard Long, la manera en que llena paisajes solitarios con patrones de piedras arcaicas.

La mía es una pobre y perezosa versión de esa heroica aproximación. Las piedras virtuales creadas por medio de varias estrategias de subdivisión fractal encontraron su posición apropiada dentro del círculo, con un algoritmo jerárquico de ensayo y error. Una mezcla de atractores y campos escalares (algunos con ruido de Perlin) manejó la densidad y el tamaño de las rocas. El código es una consola C++ de aplicaciones que conecta con un archivo OBJ 3d.

La obra que admira Randazzo e intenta imitar (porque la imitación es una de las formas del elogio), es la del británico Richard Long, que, en efecto, guarda ciertas similitudes, aunque en otra escala, con las de su admirador:

Sin duda un buen ejemplo esta obra de Randazzo para recordar que la duda es sumamente benéfica aplicada de tanto en tanto a nuestras certezas.

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