Las bases que forman nuestro código informático, el cual programa nuestra existencia, vienen del espacio sideral, según ha confirmado el análisis de un meteorito. El hallazgo, realizado por investigadores del Centro Goddard de la NASA, sugiere que el ADN se formó en el espacio y llegó a la Tierra por medio de objetos como meteoritos que chocaron con la superficie del planeta. Estos componentes del ADN habrían evolucionado en contacto con las condiciones atmosféricas de la Tierra para dar vida. Así que no solo nuestros átomos en algún momento fueron parte de las estrellas, también nuestra información, nuestra firma ontológica, proviene del cosmos.
Los científicos de la NASA encontraron adenina y guanina en las muestras del meteorito, dos de las bases nucleares necesarias para conformar el ADN. Adicionalmente las muestras revelaron la presencia de tres moléculas similares que sin embargo no tienen un rol biológico en la Tierra: purin, 2.6 y 6.8 diaminopurina. También se encontraron hipoxantina y xantina, compuestos que participan en el proceso biológico pero no en el ADN. Los científicos están seguros que estos componentes biológicos provienen del espacio y no son resultado de la contaminación aquí en la Tierra.
El físico Francis Crick, quien descubriera la hélice del ADN (después de un viaje de LSD), creía seriamente en la posibilidad de que el origen de la vida en nuestro planeta haya sido la Panspermia, la inseminación por parte de una bacteria que haya viajado posiblemente en un meteorito. Esta teoría no necesariamente suscribe a la del diseño inteligente, o de la exogenésis, pero podría aceptarse esa posibilidad, como el mismo Crick señaló en una conversación con el escritor Michael Drosnin:
«"¿Es posible que nuestro ADN provenga de otro planeta?”, le dije a Crick en el Instituto Salk.
»" Yo publiqué esa teoría hace 25 años”, dijo el premio nobel Francis Crick. “La llame Panspermia Dirigida”.
»"¿Crees que la vida arribó en un meteoro o en un cometa?”, le pregunté.
»“No,” dijo Crick. “Cualquier cosa viviente se habría muerto en un viaje tan accidental a lo largo del espacio”.
»“¿Estás diciendo que nuestro ADN llegó aquí en un vehículo?”, le pregunté.
»“Es la única posibilidad,” dijo Crick».
Aunque quizás Crick se equivocó y sí es posible que material genético atraviese distancias astronómicas, tampoco podemos descartar que este material originalmente haya sido inseminado voluntariamente por una inteligencia cósmica.