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La supernova más próxima a la Tierra en estallar en 25 años podrá ser observada entre 7 y 10 días con la ayuda de unos binoculares: la luz de más de mil millones de soles.

Un evento cósmico único en una generación fue detectado el pasado martes: una estrella que agotó su combustible estalló a una distancia relativamente cerca de la Tierra. La luz de esta supernova, a 21 millones de años luz, podrá ser vista más o menos en siete días con la ayuda de unos binoculares.

El astro que explotó es una supernova de tipo Ia conocida como PTF 11kly y su brillo se está incrementando, lo que tiene a cientos de astrónomos atentos estudiando este fenómeno, el más cercano a la Tierra desde 1987. Esta supernova es una de las ya más de mil que ha registrado el Observatorio del Monte Palomar en Estados Unidos.

Las supernovas se producen cuando una estrella mucho más masiva que el Sol quema todo su hidrógeno y su atanor de fusión nuclear ya no puede contener la presión de la gravedad, por lo cual la estrella colapsa y estalla. Por momentos una de estas explosiones puede adquirir más brillo que una galaxia entera: más de mil millones de soles.

"Las supernovas de tipo Ia son las que utilizamos para medir la expansión del universo y presenciar una tan cercana nos permite estudiarla con detalles como nunca antes", dijo Mark Sullivan , de la Universidad de Oxford, quien dirige uno de los primeros equipos que han iniciado el seguimiento del suceso desde el pasado miércoles.

Según Sullivan la mejor hora para observar la supernova será justo después del crepúsculo en el hemisferio norte, para lo cual se necesitarán unos prismáticos. Para localizar la supernova será conveniente ubicar en el firmamento la zona donde se ubica la galaxia Messier 101 o galaxia del Molinete, en dirección de la constelación de la Osa Mayor.

Aunque la luminosidad de esta estrella no se podrá apreciar en todo su refulgente esplendor, de cualquier forma tendrá una sensación especial observar un cuerpo de luz —una bomba nuclear cósmica— de tal magnitud despedirse de su concentración para convertirse en polvo y gas y eventualmente renacer.

[El País]