En un caso de espionaje digital corporativo, Google descubrió que Bing, el buscador de Microsoft, copia sus resultados. El gigante de los motores de búsqueda primero empezó a sospechar en octubre del año pasado cuando notó que los resultados de búsqueda se estabán pareciendo demasiado para ser la consecuencia de un algoritmo similar. Así que montó una operación de contraespionaje -una celada- para ver hasta que punto Microsoft estaba copiando sus resultados.
Google inyectó resultados "sintéticos" a su motor de búsqueda -falsas búsquedas y resultados que ningún usuario o motor de búsqueda generaría. Luego en diciembre 17, 20 ingenieros de Google hicieron pruebas en Internet Explorer con el Bing Bar. El 31 de diciembre ya habían detectado los resultados de búsquedas falsas apareciendo en Bing. Un ejemplo:
Los resultados de Bing no son idénticos que los de Google en todas las búsquedas, pero es evidente que una de las señales que toma para compilar sus resultados son los resultados que una búsqueda tiene en Google, especialmente en los casos que el algoritmo de Bing no tiene suficientes señales para producir resultados confiables. Google llama a esto un práctica poco ética ya que Microsoft se está beneficiando de su preciado algoritmo, el secreto más valioso en la historia del internet.