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Las mentes más brillantes en la frontera de la nueva realidad discuten la ingeniería del paraíso, la tecno-inmortalidad, las drogas del futuro, la realidad virtual, etc...Leary, Mckenna, Pearce, Davis, Pesce...

Cinco conciencias conversan en un jardín electrónico donde los árboles están hechos de información y derraman psicodélicos envueltos en código. Del éter arrancan nanoflores y las devoran psíquicamente (bluetooth). Cambian impresiones, mientras el cielo cambia de color como una pantalla holográfica: el futuro, como la realidad -dicen en calmo y memético synch-, está siendo creado, píxel por píxel, por nuestra mente, esa biocomputadora en cuyo sistema operativo está almacenado el programa que creó el universo.

La genial revista de neurovanguardia H+ reúne a cinco de las mentes más brillantes de la era de la información para discutir el transhumanismo (la únión de la tecnología con la inteligencia para rediseñar al ser humano). Dos de ellos están muertos: Tim Leary, el sacedote del LSD y de la cibernética como espejo informativo de la autoprogramación mental; Terence Mckenna, el etnobotánico que se comunicó con una máquina interdimensional al fin de la historia y creó un mapa digital al interior de nuestras neuronas para atravesar la puerta violeta del hiperespacio en el 2012. Leary iba a ser criogenizado aunque al parecer al final sólo fue arrojado al espacio sideral; Mckenna murió entre su jardín botánico en Hawai abrazado por la conciencia interestelar de la entidad conocida como Psilocibe. No importa que hayan muerto, su conciencia flota como un holograma en la glándula pineal de la noósfera.

David Pearce, filósofo y avantpsicofarmacólogo, es el propositor de la ética de la abolición del sufrimiento; el hombre, con ayuda de la información y la alta tecnología, se convierte en un ser-autoparaíso.

Mark Pesce es uno de los máximos pioneros de la realidad virtual "la aceleración tecnológica lleva a la aceptación generalizada de que toda realidad es virtual... y que siempre lo ha sido".

Erik Davis es un analista cultural experto en temas como el Dub, Phillip K. Dick, Marshal Mcluhan, la conexión eléctrica entre nuestro cerebro y el cerebro de la Tierra, y sobre todo de la tecnGnosis, un acercamiento al nuevo misticismo dentro de la era de la información y la tecnología como interfaz entre el cuerpo y el espíritu.

Común a estos mavericks (navegantes de túneles de realidad, neuronautas de la información como fotones) es la idea de que el paraíso es saber hackear nuestro propio cerebro, y que llegar a este dimensión no tiene que ver con ser buenos o malos, sino con tener la inteligencia necesaria para programarnos, utilizar armónicamente la naturaleza (el sexo tántrico entre el hombre, la tierra y la tecnología) y construir la nave interior.

Común a ellos es la tecnología no como esclavitud de nuestros deseos sino como portal superconductor para materializar nuestro espíritu en el fulcrum de su imaginación; común a ellos son las drogas, los psicódelicos, como ventana-vector hacia las regiones secretas de la mente, donde se pueden robar las joyas del paraíso (que son una especie de planos de geometría transdimensional para construir la nave del cuerpo-planeta); los nootrópicos, entendidos como químicos, plantas y datos, que elevan la inteligencia del ser humano y su capacidad de relacionarse con la naturaleza, para hacer el pacto de mutuo acuerdo de la abundancia y la inmortalidad (un intercambio informativo con el Logos).

A continuación reproducimos nuestra traducción de está ciberépica conversación (desde los registros akashikos del multiverso) finamente compilada por Michael Garfield de H+ Mag.

Leary: Yo soy un gran seguidor de un hombre llamado Marshall McLuhan que escribió esos magnificos libros de comunicación. Él dijo que si quieres cambiar una cultura, si quires cambiarte a ti, si quieres cambiar una religión, cambia el medio, el modo de la comunciación. Dijo que Gutenberg había creado el protestantismo donde tenía el libro ensamblado para las masas, donde todos podían leer. Y ahora la forma de comunicación es electrónica...

Terence Mckenna: La realización que ha eclosionado al despertar del internet y el surgimiento de la cibernética es que todo está hecho de información. La información es la esencia primaria del ser. Conceptos como el tiempo y el espacio y la energía son ordenes de una magnitud más alejada del presente inmediato si se les compara con un concepto como la información. Cada partícula, cada bit de información que nos atraviesa, nos transforma.

Mark Pesce: Si tomaras una foto de esta habitación en 1990 y tomaras una foto de ella hoy, cada cosa se vería excatamente igual y sin embargo cada cosa es completamente diferente. Porque en 1990 no teníamos esta capa de bits fluyendo incesantemente entre nosotros. Y nos ha cambiado. Ha acelerado radicalmente la forma en la que lidiamos con la información en sociedad. Cada bit que pasa te transforma. No puedes dejar de mutar ante cada cada bit de información. Así que el internet está actuando como un enorme acelerador...

Erik Davis: La información llegó a ser vista como una cosa abstracta, casi trascendental, que puede "circular inmutablemente por diferentes substratos materiales". Una vez que empezamos a creer que la información es más esencial que las formas materiales, podemos abandonar el viejo cosmos deifinido por presencia y ausencia, y entrar a un mundo caracterizado por una retroalimentación binaria de patrones y aleatoridad, señales y ruidos.

McKenna: El instante en el que entendí el concepto de realidad virtual, supe que sería la siguiente gran cosa. Como herramienta de arte. Como herramienta llevándonos más allá de la noción que somos una sociedad colmena de primates, porque esa es la forma en la que somos percibidos para el punto de vista empírico. Esa es una descripción descontextualizada de lo que somos. Es como un mapa esquemático o áereo. Lo que en realidad somos es una comunidad de mente, entretejida por símbolos y códigos, intuiciones, aspiraciones, historias, ilusiones -el mundo invisible de la experiencia humana es mucho más real para nosotros que el mundo visible, el cual es poco más que una pantalla o escenario en el que nos movemos. El sentido de la realidad virtual es mostrarnos aspectos de la realidad que no son artifiicales, que son campos de datos que ordinariamente no son coordinados por la percepción común.

Yo veo la realidad virtual no como una forma de escaparse de la noción de realidad empírica, sino como una forma de reescenificar niveles invisibles del mundo dado que son sumamente importantes para nosotros: como vemos los flujos de energía, como entendemos economías complejas, como entendemos las jearquías fractales de la naturaleza.

Lo que todavía está co-presente con la realidad tridimensional es ser literalizado... pero ser literalizado en escalas de tiempo que descubren la naturaleza del juego para todos nosostros menos los más apagados. O sea, después de todo, siempre hemos vivido en realidades virtuales desde que abandonamos el nomadismo y definimos una polis y una naturaleza salvaje. (Pero ahora lo sabemos).

Davis: Los medios desde siempre han buscado crear espacios donde nos submerjamos en la realidad ficticia:las catedrales barrocas, la panorámica del siglo XIX, o hasta las cuevas paleolíticas de Lascaux y Altamira. Hoy, la aceleración de las tecnologías percpetuales de los medios está en un curso de colisión con las ciencias cognitivas y su entendimiento de como el sistema nervioso humano produce la matriz de tiempo-real que tomamos como el tiempo-espacio ordinario.

Pesce: Mi primera experiencia de realidad virtual sucedió en 1990 y no requirió absolutamente ninguna tecnología excepto 500 micras de LSD-25. Y lo que encontré en este mundo virtual, la cosa que debía haber sospechado que iba a encontrar en este mundo virtual, no era artificial, no era un ambiente estilo Tron. No era enteramente artificial. Lo que descubrí en ese ambiente fue la imagen del planeta, como si yo estuviera deslizándome en una nave espacial. Y supe que parte de mi destino conectado con la realidad virtual no era escapar a otra dimensión sino encontrar una forma de hacer real para nosotros las cosas que no siempre podemos ver, porque existimos a un nivel de escala, de experiencia, que las oculta de nosotros.

A donde nos dirigimos, la frontera entre lo simulado y lo real se va volver muy borrosa. Y no tenemos herramientas de la mente. La cultura occidental, que esta basada en esta realidad objetiva -no es dura, se ha vuelto my suave y fluye en conjunto. Así que necesitamos empezar encontrar formas de desciribir lo que está sucediendo. Y lo que necesitamos hacer -como he descubierto investigando- es voltear la mirada hacia otras culturas que describen al mundo mágicamente, que entienden que la percepción transforma lo que somos, y que nosotros transformamos lo que vemos. Y que no son áreas separadas, no son dominios separados y debemos de considerarlos como un todo.

Mis propias exploraciones me han llevado a entender que en realidad, en un mundo en el que todo lo que quieres es verdad, la única forma de lidiar con esto es aprendiendo ha lidiar con tu voluntad. Tratar con la voluntad es de lo que se trata la magia en todas la culturas. Es por esta razón que el shamán no se vuleve loco cuando el mundo desaparece -está listo para eso. Porque entiende que el lugar a donde va no está circunscrito a su idea del mundo.

Davis: Yo creo que nos hallaremos interactuando interpersonalmente con máquinas, estén o no vivas o conscientes de una forma en la que puedan debatir los científicos, estaremos interactuando con cosas que tienen esas cualidades. Eso va cambiar la forma en la que experimentamos la vida y a las otras personas. Creo que conoceremos inteligencias artificiales futuras en la persona de personajes animados, en el nivel de la cultura pop. Hay un elemento de animismo en la tecnología que va a crecer -en la exploración científica de la vida artificial, en la interacción de los niños co muñecos inteligentes, en la relación entre la ecología, la tecnología y el medio ambiente- todo se reduce a un elemento de animismo, regresándonos a ser hombres paleolíticos viviendo en el mundo de la naturaleza animada.

Pesce: Cada uno de nosotros creció en un mundo donde las personas y las mascotas poseían una cierta realidad interna que los ladrillos y los bloques obviamente no poseían. Esto no será así para nuestros hijos.

Con Furby (el juguete electrónico) hemos cruzado una línea en la arena, y no hay retorno: la actual generación de niños, cómodos con la hibridización de Furby, tienen una creciente expectativa de que todo el mundo material se convierta cada vez más responsivo a la vez que aprenden a dominarlo.

Son nuestros prostéticos, estas máquinas, o tal vez nosotros somos los de ellas, pero ni uno puede existir sin el otro. Así que "el despertar de la inteligencia artifiicial" es un malentendido. El despertar de la inteligencia, sin embargo, eso parece históricamente inevitable.

La inteligencia no puede ser creada. La inteligencia sólo puede ser cultivada. Y eso significa que las máquinas en esencia no son diferentes a nosotros. No estamos hablando de nuestros maestros. Estamos hablando de nuestros niños. ¿Y cómo no amar a nuestros ñiños? ¿Qué podrían hacer sino amarnos a nosotros?

Trazar una línea entre nosotros y nuestras máquinas es tan difícil como trazar una línea entre mis ojos y mis lentes.

McKenna: Nuestras tecnologías... obviamente son letales, yo diría, pero afortunadamente son una especie de crisálida del restricto ideológico que la misma tecnología está por disolver. William Butler Yeats vio esto en el siglo XIX, Teilhard de Chardin llegó a ello en los 40s y Mcluhan en los 50s y 60s expresamente articuló esta visión. Todo está a punto de volverse más complicado, más grande, el número de opciones está al borde de explotar exponencialmente. En un sentido, estas tecnologías nos dirigen, si no literalmente a la divinización, si a una divinidad ficción. Todos nos convertiremos en los maestros de la narrativa en la cual estamos incrustados. Nuestras historias separadas se volverán dimensiones tan diversas que para todos fines prácticos cada uno de nosotros se mudara a un cosmos de su propia creación y control.

David Pearce: Creo que nos esperan discontinuidades en nuestros estados normales de conciencia que exceden el abismo actual entre la conciencia de los sueños y la conciencia de la vigilia. Eso que ni siquiera puede ser discutido hoy porque carecemos de los "términos primitivos" puede ser lo más importante. ¿Qué puede decir la persona congénitamente ciega de la experiencia visual? Para una persona congénitamente ciega más iluminante que la amplificación de la inteligencia es el regalo de la vista.

Creo que es justo decir que la comunidad transhumanista está sobre todo interesada en la amplificación de la inteligencia -superinteligencia más que supersensorialidad. Yo comparto un interés en el mejoramiento cognitivo, pero mi opinión es que en un sentido significativo una persona congénitamente ciega con un IQ de 220 o 920, es tan ignorante como una persona ciega con un IQ de 120. Me preocupa más nuestra ignorancia en este sentido, que nuestros limitados poderes de razonamiento. Las drogas psicodélicas nos dan un pequeño indicio de que tan "ciegos" estamos normalmente: pero rápidamente regresamos a la ignorancia. Tal es la dependencia de la memoria de un estado. Si nunca hubiera tomado psicodélicos, entonces temo que sería reacio de su significado por la incoherencia de sus efectos descritos por la mayoría de sus usuarios. Pero usando la analogía de la ceguera otra vez, alguien que es congénitamente ciego al que se le garantiza quírurgicamente el regalo de la vista puede tardarse años antes de que logre comprender el mundo visual, al principio está anegado y confundido por los estímulos visuales.

Davis: ¿Como vivimos con inteligencia creativa y sentidos despiertos en un mundo más allá de nuestro control? Detrás del timón de la medicina objetiva, la psicofarmacología está simplemente ofreciendo su propia reolusción filosófica al eterno problema del sufrimiento humano: usa la tecnología para controlar sus síntomas. El ser post-humano es un ser en drogas -ISRS, hormonas, neurotransmiores, nootrópicos, mejoradores cognitivos. Hemos entrado una era que promueve el uso psicoactivo de químicos comerciales, no sólo para curar enfermedades o aliviar el sufrimiento, sino para reformatear quién sentimos que somos.

Es probable que las personas se sientan hasta más cómodos con la noción de que los estados psicológicos desagradables (e improductivos) son solamente código mal programado en la biocomputadora darwiniana. Y una vez te sientes agusto dentro de esa cosmología materialista, donde el significado es secundario a la mecánica, no existe una razón muy llamativa (además de la falla médica) para no utilizar moléculas de consumo para perfeccionar la mente. La paradoja yace en que estas moléculas mecanísticas pueden producer seres más auténticos y profundos. Personas en ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina) muchas veces se describen como por fin sintiéndose como gente normal, como la persona que debían ser. Esta paradoja... yace en el corazón de la condición posthumana.

¿Si escogo automáticamente sesgar una dimensión básica de mi vida interior con un químico de diseño, entonces no estare implícitamente adoptando un modelo restringido de lo que constituye "el verdadero ser"? En vez de abrazar los nuevos sentimientos de alivio como mi "verdadero yo", alguien que modifica su personalidad diaria con productos farmaceúticos debe de identificrase con el "Yo" que escoge instrumentalmente controlar sus estados mentales.

La mayoría de la publicidad está dirigida al Controlador, la porción del ser que quiere expnadir su habilidad de manipular el mundo para lograr sus metas. Las drogas psiquiátricas añaden un giro crucial. Cuando las compañías farmaceúticas sostienen que sus fármacos te pueden "ayudar a manejar eso" "eso" a lo que se refieren, es al final, la ahora alienada porción de ti.

Eso está bien si la meta de tu vida es simplemente sentirte lo mejor posible por el más tiempo posible. Pero la felicidad y la libertad podrían depender en última instancia menos en mantener estados mentales particulares que en cultivar la actitud apropiada para cualquier estado mental que pueda surgir del elegante caos de la vida. Y me parece que el control no es la actitud que mantener a la larga.

Leary: Un renacimiento enseña la religión básica del humanismo. La intención de la vida individual es conocerte a ti mismo y tratar a los demás como seres humanos.

Davis: Trabajo como el que realizan en la Universidad de Princeton, midiendo los campos de la conciencia humana -por ejemplo cuando muchas personas enfocan su atención en eventos deportivos- sugiere que lo que pensamos en realidad afecta las cosas. Luego te fijas en cómo la tecnología permite un extraordinario poder para ciertos tipos de imaginación... Creo que hemos perdido las herramientas para navegar estos mundos a la vieja usanza, casi estamos abandonando el cuerpo físico, pasando cada vez más tiempo en un espacio etérico, sin saber lo que estamos haciendo, y el hecho de que va tener una consecuencia real es bastante obvio.

Evidentemente todo el mundo siempre ha estado conectado, y todos dependen del mundo que los rodea, pero tendemos a sentir que estamos afuera de eso, que somos sujetos individuales, que tenemos control sobre la naturaleza. Así que un poco es como el regreso de la represión -queremos eso otra vez de regreso, lo necesitamos si vamos a lidiar con problemas ecológicos y sociológicos.

Pesce: Al tiempo que hablamos de este estreno gnóstico, este descargar el alma a una especie de silicio... existe un cuerpo atrás, casi quejándose , diciendo: "Yo soy real. Yo soy ese potencial, yo soy la base sobre la que trabajas".

El dilema del cuerpo es uno de los grandes dilemas de la realidad virtual. ¿Dónde está el cuerpo en el ciberespacio? ¿Dónde estás tú cuando tu correo electrónico atraviesa la red, cuando tus agentes hacen tus propuestas? ¿Dónde estás tú, y cómo te mantienes a ti mismo?

Los psicodélicos pueden pruducir estas fronteras diluídas donde fluyes hacia otra cosa. Lo que veremos, y en realidad es verdad, es que ciertos tipos de realidad virtual pueden producir el mismo efecto. Hay zonas donde la realidad virtual puede ser muy peligrosa justo por esa razón, o increíblemente poderosa y significativa por esa razón. Por eso yo realmente quiero trabajar desde el corazón.

Personalmente en mi propia filosofía pienso que para trabajar en la tecnología debes de operar desde el nodo del corazón. Porque de otra forma creas golems, creas frankensteins, tus creaciones huíran de ti. Esa es la esencia de la historia del golem -que esta es una criatura creada con el aliento de la vida pero sin la luz del conocimiento del corazón. El corazón de Dios.

Tamnién quiero explorar la naturaleza alegre de lo que podemos hacer. Uno de mis principales desencantos con el internet es que no podemos, aún, contener el tenor de la emoción humana, que es tan importante. Si estamos construyendo este edificio de la mente global y no se puede reír, entonces tenemos un problema. Si no puede cantar, tenemos un problema.

McKenna: Y de lo que estamos hablando aquí es de usar prótesis tecnológicas para extender y enriquecer nuestra humanidad, para enriquecer nuestra comunicación, y, creanme, queremos la buena comunicación.

Si algo nos deshace, será esto: que nuestros lenguajes fallen, que no sepamos leer el intento del otro, que no nos entendamos los unos a los otros.

Así que estoy viendo aquí una epifanía teosófica del lenguaje intentando autoproyectarse hacia un reino de perfección platónica, que como seres orgánicos experimentamos como Amor. Amor, Belleza, Verdad -estos son los vectrores del devenir humano. Siempre han sido, siempre serán, y las tecnologías que abren estos senderos no son más poderosas que los seres humanos que las manejan. Así que esta es la empresa de la integridad y la implicación milenaria, y con estos extraños niños que hemos traído al mundo, nuestras máquinas, Este es el desafío al final de la historia.

Twitter del autor: @alepholo

Vía Hplus Magazine

Tim Leary en Pijama Surf

Terence Mckenna Alchemical Garden at the Edge of Time

Erik Davis TechGnosis

Mark Pesce

David Pearce The Hedonistic Imperative