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La prisión de Halden tiene mayores lujos y comodidades que la mayoría de viviendas del planeta; en sus pasillos se aprecia un aroma a sorbete de naranja

Si describiéramos un lugar en el que habitan, de manera pasajera, 252 personas rodeadas de pantallas de plasma, minibars, murales de artistas contemporáneos y un laboratorio culinario, la mayoría de nosotros pensaría que estamos hablando de la reciente apertura de un trendy hotel en Oslo. Sin embargo, estas y otras espectaculares comodidades se pueden encontrar en Halden, una prisión en Noruega con condiciones que sin duda envidiaría la mayoría de la población “libre” en el planeta.

Con un costo de cerca de 1.5 millones de dólares, el gobierno noruego decidió, fiel a su amigable filosofía carcelaria, construir la más lujosa y cómoda prisión del planeta. “Lo más importante es que esta prisión simula, en la mayor medida posible, el mundo exterior. En el sistema carcelario de Noruega existe un énfasis en el respeto a los reclusos y a sus derechos humanos”, afirma Hans Henrik Hoilund, el arquitecto encargado de diseñar Halden. Por si esto fuera poco, el amueblado de la prisión es marca Ikea, la mitad del personal y guardias que laboran son mujeres (¡mujeres noruegas!) y por sus pasillos pueden apreciarse aromas como el de sorbete de naranja o deliciosos suflés que emanan del laboratorio culinario instalado en su interior para alimentar a los reclusos.

Siendo objetivos, y a pesar de que resulta un tanto paradójico que los presos en un país escandinavo vivan en mucho mejores condiciones que la gran mayoría de la población mundial, lo cierto es que esta filosofía parece ser realmente efectiva en la reformación moral y conductual de los reclusos. Tan sólo el 20% de los presos alguna vez recluidos en Noruega regresan a cometer un delito, comparado con el 50-60% de reincidencias delictivas en países como Estados Unidos o Inglaterra. Es decir, aquí realmente se puede hablar de un sistema de reformación de reclusos, comprobando que la dignidad puede ser el mayor estímulo para que un recluso replantee su vida.

Via Blackbook