Penachos, flores de quetzal, sombreros de charro, vaqueras tex mex en duelos interdimensionales, vestidos metálicos, futuristas, transhumanos, como si la raza cósmica de Jose Vasconcelos diera a luz en un folklore de elegancia, fusionando el arco iris de la existencia, recuperando el poder de Itzpapalotl (la Mariposa de Obsidiana) y de Xochiquetzal, diosa del volcán.
Evidentemente la inspiración de Gaultier en México es una excusa (un espejo humeante, un glam reinventado) para su imaginación que trasciende una frontera cultural, para alma-magnetizar todo una paleta de formas y colores, que en este caso sólo podemos agrupar en una selva galáctica, romántica y psicodélica.
De cualquier forma la colección primavera verano de alta costura de la casa francesa se destaca de sobremanera (salvo en un par de vestidos engendros abominables de la fusión) desfilando princesas-guerreros de una arcadia resucitada, Paris /Jardines de Luxemburgo meets Puebla /Atlantes Toltecas y chinas poblanas). Madam Guermantes promenades avec Tezcatlipoca(y los mariachis asaltan con serenata de gucamayas y balas de plata: una de las canciones en francés dice "México, fruit de soleil" ¡¡¡kukurukuku, viva el gallo cósmico!!!)