De acuerdo con el calendario nahúalt, Acolmixtli Nezahualcóyotl nació en el año Uno Conejo, que en el calendario actual sería abril de 1402. Sus nombres significan "brazo de león" y "coyote hambriento" y simbolizan la fiereza y la astucia de ambos animales. Fue hijo de Ixtlixóchitl, rey de los acolhuas y de Matlacihuatzin, princesa descendiente de los señores de México-Tenochtitlán.
Cuentan las leyendas que cuando los nigrománticos (o adivinos) fueron a visitar al recién nacido príncipe le auguraron prosperidad y honores y le aseguraron que colmaría de bienes a los suyos y a los pueblos vecinos. Sin embargo, en su juventud su fortuna fue otra, pues sobre el reino acolhua cayó la desgracia, la pena y la guerra.
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En el tiempo en el que Nezahualcóyotl se preparaba para ascender al trono, Tezozómoc, señor de Azcapotzalco, le declaró la guerra al señor de Texcoco. El gobernante tecpaneca llevaba años intentando conquistar las tierras pertenecientes a los acolhuas, ya que estos tenían grandes avances en arquitectura, agricultura y dominio del náhuatl. Durante un tiempo logró su cometido, pues mató a Ixtlixóchitl y tomó posesión del trono de Acolhuacan. Nezahualcóyotl huyó y fue perseguido por Tezozómoc, porque el desterrado príncipe representaba una amenazaba a su poderío.
Ayudado por sus seguidores, amigos y familia, Nezahualcóyotl logró evadir cada uno de los ataques orquestados por el señor de Azcapotzalco. Al ser inútil todo esfuerzo por matarlo, Matlacihuatzin consiguió que Tezozómoc le permitiera al joven príncipe exiliarse en los antiguos palacios de Texcoco. Esta tregua duraría muy poco, ya que al morir Tezozómoc ascendió al trono su hijo Maxtla, quien reanudó la persecución de Nezahualcóyotl.
Derivado de esta decisión, Nezahualcóyotl buscó a los señores de México-Tenochtitlán y Tlacopan (después nombrada Tacuba) para establecer alianzas. Así fue como conformaron la Triple Alianza para hacer frente a Maxtla y reconquistar los antiguos territorios de Texcoco. La fuerza militar de los tres señoríos rebasó al de Azcapotzalco y, en un acto de justicia, se enfrentaron a muerte Nezahualcóyotl y Maxtla, quitándole el primero la vida al rey tecpaneca y vengando así la muerte de su padre.
Dominio público
Al término de la guerra, Itzcóatl ascendió al trono de México-Tenoctitlán y se volvió el principal aliado de Nezahualcóyotl. A la edad de 22 años, el joven príncipe se convirtió en Huey Tlatoani o "gran señor" de Acolhuacan, que ahora era más extenso pues comprendía también los territorios del extinto reino tecpaneca en Azcapotzalco.
Como rey gobernante Nezahualcóyotl se destacó por su generosidad, benevolencia y justicia. Proclamó las llamadas "ochenta leyes de oro", con el propósito de ordenar y regular la vida de sus súbditos. Algunas historias destacan estas cualidades, que poco se veían en los señores de los reinos aledaños.
También dirigió importantes obras y construcciones, entre las que se incluyen palacios, templos, jardines y acueductos. Una de sus más importantes aportaciones fue erigir la conocida "albarrada de los indios", una presa que separaba el agua de la laguna de Tenochtitlán en dulce y salada. Además construyó un acueducto que ayudó a sobrevivir las inundaciones que cada año azotaban a la ciudad mexica.
Sus facetas como guerrero, arquitecto y gobernante no fueron lo único destacado del señor de Texcoco. También fue reconocido como un gran pensador, filósofo y poeta. No perdía oportunidad de plasmar sus pensamientos sobre el mundo, la vida y la existencia misma. Gustaba de contemplar las riquezas de la naturaleza y expresaba su amor por el prójimo en palabras y acciones. El mejor ejemplo de esto es el maravilloso fragmento que se encuentra plasmado en los billetes de $100 de México:
Amo el canto del cenzontle,
pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano: el hombre.
Se suele hablar poco sobre la biografía de este justo gobernante indígena, pero recordar su historia aviva el sentimiento guerrero y de resistencia de los pueblos indígenas de nuestra actualidad. Así que cuando vuelvas a ver un billete de $100 con la cara de Nezahualcóyotl, no olvides seguir su ejemplo y contemplar la belleza de lo que nos rodea.
Encuentra más información sobre el tema en: Nezahualcóyotl, biografía para niños y niñas.