Desde marzo de 2020, los hogares de muchas personas también se convirtieron en sus oficinas. Hubo que adaptar espacios accesibles para escribir, hacer videollamadas y utilizar la computadora. Aunque al inicio las jornadas de home office eran una alternativa más cómoda para trabajar, pues no implicaban desplazamiento por el tráfico de la ciudad, después de un tiempo, la adaptación inadecuada de los espacios íntimos a oficinas ha provocado todo tipo de malestares corporales.
Derivado de este problema, investigadores de diversas disciplinas buscaron explicaciones y alternativas para mitigar los efectos negativos que el trabajo en casa puede provocar en la salud física y mental de las personas. El fisioterapueta Jon Cinkay, coordinador de Mecánica Corporal en el Hospital for Special Surgery, ha publicado diversos artículos y dictado algunas conferencias sobre la importancia de hacer cambios ergonómicos para el hogar y la oficina. Estos cambios podrían ayudar a prevenir lesiones y dolores mientras se trabaja frente a una computadora, se habla o se envían mensajes teléfono, o simplemente al mirar televisión.
Es importante recordar que la tendencia a construir espacios laborales ergonómicos está dirigida a cuidar la seguridad y garantizar la adecuación de bienes, servicios y ambientes a las necesidades de las personas que los utilizan. Estas adecuaciones se deben realizar con base en la valoración de las características de los usuarios o trabajadores y de los productos o ambientes, para llevar a cabo los cambios necesarios para optimizar al máximo la relación entre ambos. Si hay una buena relación con el entorno en el que trabajamos, eso beneficia nuestro desempeño en algunas actividades que puedan resultar "tediosas".
Aunque la belleza estética de los espacios que ocupamos es importante, también es necesario considerar cinco puntos esenciales para hacer de nuestra nueva oficina en casa un espacio saludable para nuestro cuerpo.