Un extraño caso de "nacimiento viriginal" fue reportado en un acuario italiano. Personal del Acquario di Cala Gonone en Cerdeña observó hace unos días el nacimiento de un bebé tiburón en un tanque en el que durante los últimos diez años sólo ha habido hembras. Se concluyó que, aun sin la presencia de un macho, una hembra logró dar a luz a una cría.
Este extraño fenómeno no es, sin embargo, un milagro. Se trata de un tipo de nacimiento conocido como partogénesis, el cual ocurre en más de ochenta especies de vertebrados, como reptiles y peces. La partogénesis nunca había sido observada en tiburones en cautiverio, pero se sabe que llega a suceder en sus hábitats naturales. Ello ocurre cuando un óvulo se convierte en embrión sin ser fertilizado por un espermatozoide.
Acaso jugando con el tema religioso del nacimiento, los cuidadores italianos llamaron a este nuevo miembro de su acuario "Ispera", la palabra para "esperanza" en el idioma sardo.
El bebé tiburón no es una copia exacta de la madre, pues para su nacimiento se produce una combinación única de genes seleccionados aleatoriamente, si bien los cromosomas que se transmiten son sólo cromosomas X.
La partogénesis es uno de esos "recursos" que la naturaleza encuentra en su impulso por producir vida en condiciones adversas. Puede suceder en una hembra que ha pasado mucho tiempo sin interactuar con un macho. Suele significar que los genes de la madre se mezclan entre sí para engendrar una cría, en una cierta forma de endogamia.
Este fenómeno produce descendencia sana. Tal es el caso del tiburón "Ispera", que se encuentra en buenas condiciones y del que se espera que tenga una vida sana.
Cuando hay situaciones como el cambio climático, la sobrepesca o condiciones alteradas por exceso de depredadores y enfermedades, se produce un incremento en los nacimientos por partogénesis. Los investigadores creen que en realidad muchas especies son capaces de hacer esto. En el caso de hembras que han producido nuevos ejemplares al estar alejados de machos, es posible que alternen la partogénesis y la fertilización a través de espermatozoides cuando vuelven a encontrar población del otro sexo.
Sin duda, este fenómeno es una muestra más de la maravillosa habilidad de la naturaleza para encontrar la manera de perpetuarse. Este nacimiento nos hace pensar en la capacidad de la vida de reinventarse mediante una especie de "creatividad", de una forma que nos puede parecer extraña pero que en el reino animal no lo es.