En los últimos años se ha generado una explosión en la medicina psicodélica y una ola de aceptación en torno a sustancias como la cannabis, los "hongos mágicos" (psilocibina) o el MDMA, entre otras, particularmente en Estados Unidos. Pero con esto ha llegado algo que algunos temen, aunque parece ser igualmente inevitable: el capitalismo psicodélico.
Quizá la manifestación más alarmante en este sentido tiene que ver con la empresa COMPASS Pathways. Esta empresa está bancada por una plana de inversionistas de alto calibre, entre ellos Peter Thiel, el magnate de Silicon Valley que fundó también PayPal e hizo una angel investment en los inicios de Facebook. La persona que está al frente, al menos de cara a los medios, es Christian Angermayer, quien tuvo la idea original. Angermayer es el fundador de Apeiron Investments y lanzó una nueva startup de biotecnología llamada ATAI Life Sciences. Angelmayer que ya capitalizó su inversión. El año pasado, cuando COMPASS se volvió una empresa pública y cotizó en la bolsa, Angermayer, que tiene el 22% de las acciones, vio su valor incrementarse a trescientos dieciséis millones de dólares en apenas unas horas.
Por su ambición, COMPASS ha recibido importantes críticas de la comunidad psicodélica, tanto de los usuarios como de algunos académicos. Un reciente artículo en la revista Psymposia sugiere que las aplicaciones de patentes que ha hecho COMPASS revelan intenciones monopólicas.
COMPASS quiere patentar cierto tipo de terapia psicodélica. Según la compañía, esto implica el uso de luces, "muebles suaves", colores ligeros y un sistema de audio de calidad, lo cual puede sonar preocupante y un tanto vago. Lo que más genera alarma es su intento de patentar ciertos compuestos asociados con los procesos de sintetización de la psilocibina, la sustancia activa de los "hongos mágicos".
Uno de las patentes en cuestión sugiere que COMPASS está intentando patentar las sustancias que se metabolizan como psilocibina, es decir, cualquier sustancia que se convierta en un forma metabólica activa de psilocibina en el cuerpo. Esto incluiría sustancias como el 4-AcO-DMT o el 4-AcO-MALT, entre otras.
Por si esto fuera poco, las patentes también mencionan las vías de administración de la psilocibina, incluyendo vías vaginales o rectales.
Más aún, se busca patentar la terapia para todo tipo de condiciones, desde la depresión hasta el autismo, la bipolaridad, la narcolepsia, la esclerosis múltiple, problemas gastrointestinales y hasta el deseo sexual masculino o femenino. En total la patente se mencionan sesenta y un enfermedades o trastornos.
Sin embargo, COMPASS ha aclarado que su patente no aplica a los "hongos mágicos" que se dan naturalmente y no impediría que se desarrolle investigación en el campo de la psilocibina médica, algo que muchos disputan, pues dicha patente haría muy difícil que los investigadores utilicen formas clínicas de psilocibina para investigar grandes cantidades de enfermedades.
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Imagen de portada: Psilocybin / Pixabay