Después de anunciar el viernes pasado que se había contagiado de covid-19, Donald Trump regresó ayer a la Casa Blanca a ejercer sus funciones como presidente de Estados Unidos. En ese momento, Trump dio un mensaje que ha generado enorme polémica: "No teman a la covid. No dejen que los domine". El mensaje de Trump sugiere claramente que para él las infecciones y las reacciones al nuevo coronavirus son resultado del miedo o de alguna especie de reacción desmedida.
Las declaraciones de Trump fueron recibidas con alarma e indignación, particularmente por los científicos y por las personas que han tenido familiares afectados por la epidemia. En días anteriores, durante el primer debate en el marco del proceso electoral por la presidencia del país, Trump criticó a su oponente Joe Biden por utilizar una mascarilla sanitaria. Irónicamente, un par de días después se dio a conocer su propio contagio.
A cerca de tres semanas de las elecciones presidenciales, Trump se encuentra alrededor de ocho puntos detrás de Biden. La administración de Trump ya ha sido acusada de usar el poder del Estado para influir en la elección y ahora algunos creen que Trump está jugando a una estrategia de mayor polarización. Y quizá en los siguientes días veremos manifestaciones más radicales de esto.
El analista de medios Douglas Rushkoff sugiere que Trump ha hecho una movida estratégica al hacer creer que la situación actual se reduce a elegir entre el "miedo" o el "no miedo", identificando a los demócratas con el miedo y a los republicanos con una actitud libre de miedo. Bajo ese esquema, el contexto social y político de Estados Unidos se polariza aún más, dando lugar a todo tipo de teorías de conspiración. Trump parece estar apostando a la sensación de hartazgo entre las personas que no quieren ser obligadas a aislarse y vivir en cuarentena. Él mismo sería un ejemplo conspicuo del tipo de persona que cree que el virus no es grave y, por lo tanto, que no hay nada qué temer.
Por otro lado está el hecho contundente de que Estados Unidos es el país más afectado del mundo por el coronavirus, al momento con poco más de doscientos mil fallecimientos, lo cual, según algunos analistas, se debe a la política que Trump ha mantenido desde el principio de la pandemia, simbolizada en esa misma actitud de desestimar tanto la gravedad del virus como la importancia de acatar las medidas preventivas por las autoridades sanitarias de prácticamente todo el mundo: usar tapabocas, mantener la distancia social y otras (sin mencionar la recomendación que hizo de ingerir cloro como remedio contra la covid-19).
A poco tiempo de una de las elecciones más anticipadas de la historia, y con la personalidad intempestiva de Trump en uno de los años más extraños y problemáticos de los tiempos recientes, seguramente se presentarán nuevas sorpresas y acontecimientos. El momento genera mucho nerviosismo, pues algunas personas creen que un triunfo de Trump podría ser un fuerte golpe para la política climática mundial y quizá culminar en una nueva forma de fascismo.
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Imagen de portada: Gage Skidmore, CC BY-SA 2.0