Las grandes montañas del mundo, como las que se encuentran en la cordillera de los Himalayas o de los Andes, no son sólo algunos de los lugares naturales más significativos y hermosos del mundo, son la fuente de agua para poblaciones enteras que se abastecen del líquido vital gracias a los deshielos.
En la imagen que acompaña a esta nota podemos ver el pico más alto de América, de casi 7 000 m, la montaña más grande del mundo que no se encuentra en Asia (¡aunque ni siquiera está entre las ciento ochenta primeras!), con una cantidad anodina de nieve para sus estándares. El verano austral se ha dejado sentir y este pico inmensamente alto apenas conserva una pizca de nieve.
Se trata de una de esas imágenes contundentes que evidencian el problema global que estamos viviendo con el cambio climático. El Aconcagua surte a por lo menos un millón de personas con el agua de su deshielo, del cual se alimenta el río Mendoza, una de las principales fuentes de riego en la provincia homónima de Argentina. Sobra decir que el agua del Aconcagua es esencial para todo tipo de actividades humanas, incluyendo la agricultura y la higiene.
La imagen fue tomada hace diez días por Néstor Ponce durante un vuelo a Santiago de Chile, y ha generado una enorme repercusión en las redes sociales. Se cree que esta área de los Andes será una de las más afectadas por el incremento de las temperaturas en los años por venir, de no cambiar las condiciones que han provocado el aumento general de temperatura en la Tierra y cuyos efectos, de hecho, ya se han dejado sentir en Chile.
Según Inés Camilloni, autora del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, existe en la actualidad "una tendencia bastante marcada en la disminución de la cantidad de nieve en la cordillera y se vincula directamente con la sequía que también se registra en Chile. Los mismos sistemas meteorológicos que generan lluvia son los que permiten que se acumule nieve en la Cordillera".
Sería realmente trágico ver estos grandes picos, que son como divinidades en los cielos, quedarse sin nieve como resultado, en gran parte, de la inconsciencia humana.
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