Looby Loo murió hace 2 años cuando tenía 13 años (en cuenta humana), pero hace unos días Mark Brow se asomó al jardín donde su querida mascota solía reposar preferencialmente y vio su imagen dibujada entre el musgo de una piedra. Al principio pensó que era un truco de la luz, luego miró sospechosamente a su trago (según informa el Daily Mail), pero más tarde constató que su imagen seguía labrada en la piedra, justo en el lugar donde Looby Loo pasaba las tardes.
Según el Sr. Brow su familia seguía levemente enlutada por la muerte de este gran can interdimensonal (¿irradiado desde Sirio?), pero que tal vez es una señal para hacer caso a sus hijos y adquirir otro perro.
Este parece otro caso más para la engañosa oficina de control de coincidencias cósmicas, en el que la mente y el deseo pasan fácilmente el ligero velo que los separa de la realidad. Ejemplos de la proyección mental de imágenes y creencias en la naturaleza abundan: el extraterrestre gris en una piedra de Stonehenge, el rostro de Cristo en un sarten o el de la Virgen en unos burritos, por citar algunos.
Vía Daily Mail