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«Efectos secundarios» es una serie animada que explora el impacto de una cura universal en la industria farmacéutica y cuestiona el efecto de los intereses económicos en la salud humana

Estados Unidos es uno de los países que más dinero invierte en su salud. Una consulta médica rutinaria puede oscilar entre 100 y 200 dólares, mientras que una consulta especializada suele duplicar ese costo. En 2024, un estadounidense promedio gastó alrededor de $2,456.42 dólares al año en atención médica, lo que equivale a aproximadamente 48 mil pesos mexicanos, según cifras de Weiss & Paarz, despacho legal especializado en casos de negligencia médica.

Por otro lado, más de 100 millones de estadounidenses tienen alguna deuda relacionada con el cuidado de su salud, una cifra que equivale a aproximadamente un tercio de la población del país. Lo anterior representa un gran negocio para las empresas farmacéuticas como Johnson & Johnson que durante el 2023 registraron ingresos superiores a los 85 mil millones de dólares.

Paradójicamente, a pesar de que Estados Unidos es el país que más invierte en atención médica, presenta la esperanza de vida al nacer más baja y la mayor incidencia de enfermedades crónicas entre las naciones con altos ingresos, según un informe del grupo de investigación independiente The Commonwealth Fund. Además, el país lidera las tasas de muertes por causas evitables, así como las de mortalidad materna e infantil.

Pero, ¿qué pasaría si todas las enfermedades pudieran eliminarse de tajo y con una sola dosis? Esta es la premisa de la historia de Marshall y Frances, dos ex compañeros de escuela que descubren un hongo con la capacidad de curar cualquier padecimiento.

A lo largo de sus diez episodios, la serie animada Common Side Effects (título traducido como Efectos secundarios) explora el colapso que una cura universal provocaría en la industria farmacéutica, al cuestionar la necesidad que tienen los grandes consorcios de mantener a la sociedad enferma para poder sostener sus millonarios ingresos.

Creada por Joe Bennett (Planeta de recolectores) y Steve Hely (Veep), esta serie destaca por su enfoque crítico y su aguda reflexión sobre el poder económico detrás de la salud. La serie tiene el respaldo de reconocidos productores como Mike Judge (Beavis and Butt-Head) y Greg Daniels (Los Simpson, Parks and Recreation, y la versión norteamericana de The Office), quienes han apoyado proyectos de una visión sarcástica, irreverente y crítica al respecto de la sociedad estadounidense. 

En el transcurso de la trama, los protagonistas se enfrentan a poderosas corporaciones farmacéuticas, agentes gubernamentales y organizaciones secretas que intentan frenar la propagación del hongo. La narrativa pone en evidencia que el verdadero problema nunca ha sido la falta de una cura, sino el poder económico que convertido en un negocio la salud humana, las enfermedades y la "cura" a éstas.

 

Muchas preguntas giran en torno a esta idea tan disruptiva: si existiera una cura capaz de sanar cualquier herida o enfermedad mortal, ¿qué impacto tendría en las guerras, el mercado de seguros o la práctica médica? La respuesta no es sencilla, pues en un mundo sin enfermedades el concepto de milagro migraría hacia el ámbito científico, y las dinámicas sociales podrían alterarse drásticamente. Los riesgos que asumiríamos serían mayores, la violencia podría intensificarse y el miedo a las consecuencias podría desaparecer, a menos que la sociedad encontrara un equilibrio ético que garantizara su bienestar colectivo.

Sin duda, Efectos secundarios nos invita a cuestionar el papel que juega el dinero en la salud global y viceversa y nos abre el panorama a preguntarnos si la razón y la conciencia de nuestra sociedad está lista para sanar. 

Si quieres conocer más acerca de esta serie que se estrenó a principios de febrero está disponible en las plataformas de Amazon Prime y MAX.


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