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¿Por qué la popularísima red social TikTok está en riesgo de desaparecer en la tierra de Washington, Lincoln y Trump? ¿Cuáles podrían ser los fines del magnate e impulsor ultraderechista Elon Musk para rescatarla? ¿De fondo hay una competencia por controlar el cuarto poder?

El medio Bloomberg hizo pública la posibilidad de que TikTok, la contraparte en occidente de la gigantesca red social china para compartir videos Douyin, sea vendida en la Unión Americana a Elon Musk, el multimillonario número uno del planeta.

Esto sí y solo sí la Corte Suprema de los Estados Unidos confirma la próxima prohibición, en la así llamada tierra de los libres, de esta aplicación originada en la más populosa nación comunista. Una decisión política que hace parte de una ya larga guerra comercial y por el dominio mediático o el “Zeitgeist” entre las dos principales potencias.

Los nueve jueces federales, mayormente conservadores, se han mostrado inclinados a defender esta legislación y, hasta el momento, solo el senador Edward Markey y el congresista Ro Khanna, ambos demócratas, se han atrevido a pedir al todavía presidente Joe Biden que extiendan la fecha límite de decisión del 19 de enero. El argumento de la Corte Suprema es priorizar la seguridad nacional frente a la influencia del Partido Comunista Chino para generar tendencias o difundir sus intereses vía una red social de alcance masivo.

La administración demócrata también considera que, si la contraparte TikTok en su territorio no está en manos de un estadounidense, puede ser utilizada como una herramienta de espionaje y manipulación al servicio de sus enemigos ideológicos. Bloomberg ha hecho eco de la posibilidad de que X, la plataforma de opinión controlada por Musk, antes Twitter, dirija ahora las operaciones de TikTok en el país. Algo que implicaría entregar otra de las mayores entidades del llamado “cuarto poder” a uno de los principales colaboradores del presidente electo Donald Trump, quien estará de vuelta en la Casa Blanca este 20 de enero.

Existe preocupación por un viraje hacia la ultraderecha de los medios de difusión de contenidos y de interacción entre internautas, bajo la consigna de acabar con los valores de un lugar común tan difuso como el movimiento “Woke”, y en oposición a las minorías étnicas, culturales y sexuales en los Estados Unidos y el resto del mundo. También que TikTok, al igual que X, pueda convertirse en un generador de bulos y discursos de odio. No hay que subestimar la importancia de este cuarto poder en manos de una plutocracia que ahora busca depender de raros populistas antipáticos que decidan nuestros valores. En palabras de Musk:

Mientras que antes éramos más como un conjunto de células que se comunicaban por difusión, con la llegada de Internet, de repente fue como si tuviéramos un sistema nervioso.

Sin embargo, la futura compra de Elon Musk de la contraparte de esta red social en la Unión Americana, constituida en las Islas Caimán, con sedes tanto en Singapur como en Los Ángeles, ha sido calificada como “pura ficción” por las cabezas de su propietaria ByteDance. La firma sostiene, además, que no promueve el “sinocomunismo estatal”, y que prohibir TikTok violaría los derechos de libertad de expresión de la Primera Enmienda.

Llama la atención que el propio Trump ha instado a la Corte Suprema a retrasar su decisión hasta su ascenso al poder, con el fin de llegar a una mejor “resolución política”. Incluso recurrió a su abogado para presentar esta opinión de manera legal.

Probablemente Bloomberg hizo eco del interés de Musk por TikTok basándose en una reciente reunión de Trump con Shou Zi Chew, director ejecutivo de esta red social china, en su famosa propiedad de Mar-a-Lago, ubicada en estado de Florida.

Viendo hacia nuestro futuro, quizá hay que tomar más enserio las palabras de Elon Musk:

Cuando algo es importante, lo haces incluso si las probabilidades no están a tu favor.

 

Imagen de portada: Elon Musk IA, AutoGPT.