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¿Por qué ha marcado a la cultura budista de Asia y del mundo la historia pedagógica de Kisa Gotami? ¿Por qué la vía para liberarse del sufrimiento implica encontrarlo como pérdida, soledad, frustración de poder y muerte en el camino? ¿La esperanza supone también sufrimiento?

La popular historia de viaje hacia sí misma y hacia la nada liberadora del yo que hizo Kisa Gotami es una de las fábulas budistas más apreciadas en toda Asia y en esos rincones áridos del mundo occidental a donde ha llegado el grito doloroso del parto del Dharma. Las olas saladas de dolor aún más áridas que el hechizo seco de la ignorancia.

Un cuento probablemente reversionado una y otra vez por la sabiduría de la gente común sobre la “Mahakaruṇā”, una iluminación conmovedora. Se basa, sin embargo, en lo que ya no expresa sabiduría, la verdad objetiva de que la muerte deja de serlo, la preparación para liberarse totalmente del sufrimiento vía sufrir lo peor: la separación total de otro, porque, de acuerdo con las palabras del Eclesiastés bíblico o de los Vedas brahmánicos:

…los muertos nada saben…

…de la muerte no se vuelve…

La historia del dolor de Kisa nos recuerda lo que sobradamente deberíamos estar listos a aceptar, por más que no estemos dispuestos: la muerte es asunto común. Como escribió el poeta mexicano Jaime Sabines sobre sus propios muertos:

…vaso transparente, cáliz,

que la muerte recorra tu cabeza blandamente

y que cierre tus ojos con cuidados de madre

mientras entona cantos interminables.

Vas a ser olvidada de todos

como los lirios del campo,

como las estrellas solitarias;

pero en las mañanas, en la respiración del buey,

en el temblor de las plantas,

en la mansedumbre de los arroyos,

en la nostalgia de las ciudades,

serás como la niebla intocable…

En torno a Kisa se ha desarrollado una tradición literaria oral y en obras de teatro locales. Aunque hay quienes piensan que hay referencias a su historia en los cánones budistas, esta no puede leerse como tal ni en el Dhammapada ni en las escrituras sagradas tibetanas más antiguas. De acuerdo con John Strong, profesor emérito de Estudios Religiosos en el Bates College de los Estados Unidos, este y otros relatos budistas similares probablemente no cuentan con una base histórica, sino que se tratan propiamente de herramientas pedagógicas.