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Esta es nuestra selección de los cinco mejores poemas homoeróticos de la historia planetaria de la literatura LGBTTTIQ. Poemas de autores de Oriente y Occidente, antiguos y contemporáneos, como Abu Nuwas, Thom Gunn, Allen Ginsberg, Mutsuo Takahashi y Ocean Vuong.

Amor a través de cinco poemas homoeróticos. Homoerotismo, igualdad del amor al amor.

El amor no es sobreentendido, naturaleza o cultura. Hay un descubrimiento terrible. Terrible quiere decir aquí “tremendo”, tremendo quiere decir “enorme”, y enorme, tanto “muy directo”, como “en otro lugar de las cosas”, lo distante que no pone distancia. Esto es así porque el amor no pasa sin amar, y de no pasar, nada pasa y no pasa nada. No es solo acto del espíritu, una idea inubicable, un ideador abstracto, una ideación prematerial. Tampoco se trata solo de un amado, una mirada desemejante, un sexo desconocido o explorado, una forma preespiritual.

Es como el Espíritu de Dios tal y como se define en la teología de Yves Congar, apelando no al lado heleno del Mediterráneo, sino a la orilla semita de su consciencia. También es como el Diablo, no en su versión fiscal satánica, ni encantadora como ángel Lucifer, sino desesperante, atronadora, temida y garantista de la fascinación: huracán, tempestad, poder irresistible. Anima y se lleva las animaciones. Consuela porque su manera de arrasar con las barreras, las inhibiciones, la vergüenzas, las culpas, los montes, los valles, las casas, la gente, la falta de conocimiento, la inexperiencia y las esperanzas puede ocultar la Esperanza.

El novelista y dramaturgo James Baldwin pensaba que el amor ha sido muy sufrido para los hombres gay porque las sociedades sufren terrores que no quieren admitir. El descubrimiento de su preferencia sexual los ha traumatizado porque son solo personas entre personas, con traumas familiares e históricos de larga duración. Y, sin embargo, lo tremendo que hay en amar estuvo antes de las insatisfacciones e inadecuaciones. Estará todavía cuando uno salga del armario: un grito hermoso que no pueden imitar nuestros gritos débiles como las manos de un bebé, la sangre floja de los muertos, la arena y la sal de la tierra o los colores.

Lo tremendo de amar a otra persona, lo enorme que tiene que un hombre ame a otro hombre estuvo antes de la disposición y antes de los traumas personales o sociales, y estará después de que cualquier hecho se acepte. Ser gay, un hombre consolador y alegre, es saberse tormenta, cuerpo y espíritu del aire violento… también una tranquilidad implícita.

En Pijama Surf les compartimos cinco de los mejores poemas de un hombre para otro hombre:

 

¿Me amas?

Abū Nuwās, poeta árabe persa:

 

Cuando vi a aquel hermoso joven

él reía con ganas.

Estábamos los dos solos, en fin,

solos con Dios. Y sin embargo

él puso su mano en la mía

y me habló largo rato.

Me dijo: ¿Me amas?

–Sí, más allá del amor.

–¿Me deseas?

–Todo en ti es deseable.

–Teme entonces a Dios y olvídame.

–Si mi corazón quisiera obedecerme…

 

El abrazo.

Thom Gunn, poeta británico estadounidense:

 

Era el día de tu cumpleaños, habíamos bebido y cenado

La mitad de la noche con nuestro antiguo amigo

Quien nos condujo hacia el final

a la cama que alcancé en una zancada alcohólica

Me acosté cómodamente

y somnoliento por el vino, quedé medio dormido y de lado.

Dormité, dormí. Mi sueño se quebró en un abrazo,

de improviso, desde atrás, en el que las completas

extensiones de nuestros cuerpos se presionaban: tu

empeine en mi talón, mis omóplatos contra tu pecho.

No fue sexo, pero pude sentir toda la fuerza de tu

cuerpo dispuesta,

fija, en el mío, y aferrándome a ti como si aún

 tuviésemos veintidós,

cuando nuestra pasión todavía no se

 había tornado ordinaria.

Mi sueño presuroso había borrado todo lo

concerniente al tiempo y el lugar. Solo supe la

presencia de tu seguro, firme y seco abrazo.

 

Por favor, Maestro.

Allen Ginsberg, poeta estadounidense:

 

por favor maestro puedo tocar su mejilla

por favor maestro puedo arrodillarme a sus pies

por favor maestro puedo aflojar sus pantalones azules

por favor maestro puedo mirar su vientre de vello dorado

por favor maestro puedo bajar suavemente sus calzoncillos

por favor maestro puedo tener sus muslos desnudos ante mis ojos

por favor maestro puedo sacarme la ropa bajo su silla

por favor maestro puedo besar sus tobillos y su alma

por favor maestro puedo poner mis labios en su musculoso muslo sin vello

por favor maestro puedo dejar mi oreja apretada sobre su estómago

por favor maestro puedo envolver en mis brazos su culo blanco

por favor maestro puedo lamer su entrepierna rizada de suave pelusa rubia

por favor maestro puedo tocar con la lengua su orto rosado

por favor maestro puedo pasar la cara por sus bolas,

por favor maestro, por favor, míreme a los ojos

por favor maestro ordéneme bajar al suelo,

por favor maestro dígame que lama su gruesa verga

por favor maestro ponga sus manos recias sobre mi cráneo peludo, calvo

por favor maestro apriete mi boca contra su corazón-príapo

por favor maestro hunda mi rostro en su vientre, lléveme lentamente bien sujeto

hasta que su dureza muda me llene la garganta hasta el fondo

hasta que trague & saboree su delicado y tibio cañón punzante venoso

Por Favor Maestro aparte mis hombros y míreme fijo & hágame inclinar sobre la mesa

por favor maestro agarre mis muslos y levante mi culo hasta su cintura

por favor maestro la recia caricia de su mano en mi cuello su palma en mi trasero

por favor maestro levánteme, mis pies sobre sillas, hasta que mi hoyo sienta el aliento

………… de su saliva y la caricia de su pulgar

por favor maestro hágame decir Por Favor Maestro Cójame ahora

Por Favor Maestro engráseme las bolas y la boca peluda con dulces vaselinas

por favor maestro acaricie su pija con blancas cremas

por favor maestro apoye la cabeza de su pito en mi arrugado hoyo esencial

por favor introdúzcalo suavemente, sus codos enlazados en mi pecho

sus brazos descendiendo hasta mi vientre, mi pene toque con su dedo

por favor maestro métamela un poco, un poco, un poco,

por favor maestro hunda su enorme cosa en mi trasero

& por favor maestro hágame mover el culo para que se coma el tronco de la pija

hasta que mis nalgas acaricien sus muslos, mi espalda arqueada,

hasta que solo esté mi erección, su espada clavada vibrante en mí

por favor maestro salga y deslícese lentamente hasta el fondo

por favor maestro láncela otra vez, y retírese hasta la punta

por favor por favor maestro cójame otra vez con su ser, por favor cójame

Por Favor Maestro empuje hasta que me duela la suavidad la

Suavidad por favor maestro hágale el maestro a mi culo, dé cuerpo al centro & cójame para

…………. siempre

……… como a una chica

con ternura agárreme por favor maestro yo me llevo a Usted,

por favor maestro & meta en mi vientre la misma dulce cruz caliente

que manoseó en soledad Denver o Brooklyn o clavó en alguna virgen en estacionamientos

…………. de París,

por favor maestro condúzcame su vehículo, cuerpo de gotas de maestro, de polvo sudoroso,

cuerpo de ternura, cójame a lo perro más rápido

por favor maestro hágame gemir sobre la mesa

gemir Oh! por favor maestro! cójame así

a su ritmo vibre clave & afuera-adentro-rebote & presione

hasta que yo afloje mi orto un perro sobre la mesa aullando con terror y deleite de que

…………. lo amen

Por Favor maestro dígame perro, bestia anal, orto húmedo,

& cójame más fuerte mis ojos ocultos con sus palmas en torno de mi cráneo

& zambúllase en latigazo de fuerza brutal por suave carne goteante

& vibre cinco segundos hasta disparar su calor de semen

una & otra vez, clavándola mientras grito su nombre maestro!

por favor! Maestro…

 

Limpio como el cuero, lujurioso como un lirio.

Mutsuo Takahashi, poeta japonés:

 

Luchador durmiente

Eres un asesino

No, no lo eres, pero sí un luchador

De cualquier manera es lo mismo

Porque desde el anillo de tu cuerpo enredado

Limpio como el cuero, lujurioso como un lirio

Me clavará

En tu cuello robusto como una columna, como un pilar de tendones

La frente pensativa

(De hecho, no está pensando en nada)

Cuando la frente se mueve lentamente y cierra los párpados pesados

​​Dentro, un bosque oscuro despierta

Un bosque de loros rojos

Siete almendras y hojas de parra

Al final del bosque una parra

Cubre la casa donde dos muchachos

Yacen en los brazos del otro: Yo soy uno de ellos, tú el otro

En la casa, melancolía y terrible ansiedad

Fuera del ojo de la cerradura, un atardecer

Teñido con la sangre del hermoso torero Escamillo

Quemado por el atardecer, de cabeza, de cabeza

Cayendo, cayendo, un gimnasta

Si vas a abrir los ojos, ahora es el momento, luchador

 

Rompe hogares.

Ocean Vuong, poeta vietnamita estadounidense:

 

Y así fue como bailamos: arrastrando los vestidos

blancos de nuestras madres, agosto

nos teñía las manos rojo oscuro. Y así amamos:

medio litro de vodka y una tarde en el desván, tus dedos

acariciando mi pelo, mi pelo un incendio. Nos cubríamos

los oídos y los arranques de tu padre se convertían

en latidos. Cuando nuestros labios se tocaron el día se cerró

como un ataúd. En el museo del corazón

dos personas sin cabeza construyen una casa en llamas.

La escopeta siempre estuvo sobre la chimenea.

Siempre hay tiempo para matar, -solo para rogarle a dios

que te lo devuelva. Si el desván no, el coche. Si el coche no,

el sueño. Si el chico no, su ropa. Si vivo no,

cuelga un teléfono. Porque el año es una distancia

que hemos recorrido en círculos. Es decir: así

bailamos: a solas en cuerpos dormidos. Es decir:

así nos amamos: en la lengua un cuchillo que se vuelve

lengua.

 

Imagen de portada: Poesía corporal, Robert Okopov, 2004.