25 años de 'The Matrix', la gran película gnóstica de nuestra época
Arte
Por: Luis Alberto Hara - 03/31/2024
Por: Luis Alberto Hara - 03/31/2024
Hoy se cumplen 25 años del estreno de The Matrix, la película de los entonces llamados Larry y Andy Wachowski (1999), directores que han vivido en el transcurso un cambio de sexo y de nombre.
En su época, The Matrix fue un hito, pues de algún modo dio expresión a una pregunta que ha recorrido la mente humana desde tiempos remotos y que, en la época de la digitalización creciente y el desarrollo de la tecnología de lo virtual, se hizo nuevamente relevante.
Probablemente, lo que hizo tan atractiva a The Matrix fue simplemente adaptar viejas ideas que tenían que ver con la duda de lo real -la vieja idea de que el mundo es un sueño o de que existe un mundo real que no percibimos con los sentidos y del cual el mundo convencional es una sombra- a un nuevo lenguaje y a un nuevo modelo que estaba surgiendo: la computación, la simulación computacional y la noción de la inteligencia artificial. Este lenguaje digital permitió actualizar metafóricamente ideas como el maya del hinduismo, la alegoría de la cueva de Platón, la noción del falso demiurgo gnóstico o las tesis de Jean Baudrillard. En su saga, The Matrix incorporó otras ideas como el concepto del bodhisattva del budismo mahayana, como ha notado el profesor Robert Thurman, padre de la actriz Uma, amigo del Dalái Lama y traductor de textos tibetanos. Neo, el elegido, simboliza la conciencia búdica del bodhisattva que debe despertar y regresar al mundo ilusorio para salvar a los demás de la ignorancia de la realidad que perpetúa el sufrimiento.
Otra de las herencias de The Matrix, menos filosófica y menos provechosa estética y éticamente, fue crear un estilo y una serie de referencias para películas de acción, siendo una especie de matriz sobre la cual se erigieron numerosos otros blockbusters, la mayoría de los cuales carecieron de una propuesta de contenido interesante y simplemente vendieron los efectos especiales, las persecuciones y un estilo hiperreal en los combates.
Más allá de esto, es indudable que The Matrix fue emblemática para una generación y, para algunos, un momento definitivo en sus vidas: un detonador casi psicodélico, que hizo cuestionar la naturaleza de la realidad. Es en este sentido que se debe entender sobre todo como una película gnóstica, de la misma manera que las novelas de Philip K. Dick son gnósticas (aunque, en su caso, la influencia es reconocida por él mismo). Pues fueron los gnósticos los que más enérgicamente postularon la noción de que vivimos en un mundo falso, el cual no es solamente resultado de nuestra incapacidad de percibir lo real sino de una acción maligna original, de una especie de hechizo o embrujo ontológico, obra de un dios impostor. Esta es también la madre de todas las herejías y de todas las teorías de la conspiración.
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