'Curb Your Enthusiasm': ¿una derivación inesperada de 'En busca del tiempo perdido'?
Arte
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 11/11/2023
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 11/11/2023
A primera vista, establecer o proponer un paralelismo entre Curb Your Enthusiasm (Larry David, 2000-) y En busca del tiempo perdido podría sonar descabellado. Después de todo, ¿qué podrían tener en común una serie de televisión humorística del siglo XXI y una de las obras de mejor reputación literaria del siglo XX? ¿Cómo reunir, en un mismo planteamiento, un producto de la cultura de masas y una novela escrita sin otra ambición más que realizar por fin la vocación de escritor del autor, tantas veces postergada?
Para hablar de al menos un rasgo en común entre ambas es necesario señalar uno de los más distintivos de la Recherche: su a veces deliciosa, a veces confusa, casi siempre conflictiva ambigüedad entre la realidad y la ficción; más específicamente, entre la autobiografía y el relato novelado, la relación o la invención.
Este dilema está suficientemente zanjado entre los proustologues; sin embargo, entre los lectores noveles, amateurs y poco o nada pretenciosos, la cuestión regresa siempre. Y me parece que no por un acercamiento ingenuo a la obra. Cuando un relato comienza in media res con un narrador que, en la primera persona del singular, después de algunas pocas divagaciones, comienza a recordar su infancia, ¿no podría ser este un motivo suficiente para suponer que se lee un relato autobiográfico? La ambigüedad está servida, pienso.
En este sentido, durante la lectura de la Recherche la pregunta sobre quién era en realidad tal o cual personaje suele presentarse con insistencia. En un fenómeno que parece exclusivo de este libro, el lector de la Recherche puede llegar a sentir una necesidad obstinada de saber quién sirvió de modelo para Odette, Charles Swann o el barón de Charlus, por ejemplo, una peculiar forma de “crítica” que, a decir de Gabriel Astey, pudo tener su origen en la época misma de la publicación de los primeros tomos del libro, cuando los contemporáneos de Proust aludidos en la narración comenzaron a encontrarse de alguna manera y, por lo mismo, a intentar identificarse en ella, o a identificar a otros, como si de una reseña de sociales se tratara. Puede parecer extraño, pero de esa curiosidad con ánimo de revista de socialité nació toda una forma de lectura de la obra proustiana.
Para quien haya seguido Curb Your Enthusiasm, la semejanza de la sitcom con En busca del tiempo perdido tal vez salte en este momento a la vista. Como en la novela de Proust, en la serie de Larry David nunca se sabe bien a bien qué tanto de lo que se ve es invención y qué tanto es quizá una calca exacta de lo vivido realmente por el autor. A esa confusión contribuye el hecho de que el personaje principal de la serie tiene el mismo nombre que su creador… tal y como sucede con la Recherche.
En algún momento se pregunta uno entonces si la relación entre Larry David y su esposa fue de verdad así, y lo mismo con su agente o con su amigo Richard Lewis, quien además de ser un personaje de la serie es una persona real.
Con todo, la cuestión no tiene la misma densidad en ambas obras. El grado de recreación es una diferencia. Mientras que Proust realizó un largo proceso de extracción de esencias de personas reales para fundirlas después en su crisol alquimista de escritor para dar con un personaje (por señalar sólo un ejemplo, para el peculiar personaje de Madame Verdurin se dice que Proust se basó en tres mujeres de su época: Mme. Lemaire, Mme. Arman de Caillavet y Mme. Aubernon), en el caso de Larry David no parece que el proceso haya sido tan refinado o tan exigente, aunque quizá sí semejante en método. En Proust hubo un largo, demorado aprendizaje de observación (exterior e interior) que después tomó forma en su escritura. En Larry David pareciera que el recorrido fue más directo, más sencillo y, en su caso, más bien hiperbólico. Ahí donde Proust optó por la fusión, Larry David parece haber preferido la exageración. Proust reunió a varias personas en un personaje para disimular la recreación de la realidad; Larry David exageró los hechos para cumplir el mismo propósito.
Con un ánimo imaginativo podría pensarse que Curb Your Enthusiasm no hubiera sido posible sin la influencia vaga, indirecta, ya asimilada naturalmente en la cultura de En busca del tiempo perdido. O que Curb Your Enthusiasm, toda proporción guardada, es la Recherche de nuestra época –la Búsqueda que nuestra época tiene posibilidades de producir.