Bob Dylan sobre los amos de la guerra que controlan (y destruyen) el mundo
Arte
Por: Luis Alberto Hara - 06/05/2023
Por: Luis Alberto Hara - 06/05/2023
Bob Dylan es uno de los grandes ejemplos de ese lugar común del siglo pasado de que el arte es político, uno de los cantautores que a la vez más se acercan a la gran poesía y a la gran protesta. Dylan, sin embargo, es también una especie de místico judío después de todo y debajo de las apariencias. Todo esto se conjuga en su tema "Masters of War".
Este track apareció en 1963 en el disco The Freewheelin' Bob Dylan, y si bien no sería demasiado difícil encontrar una canción más bella, en un sentido puro, en la obra de Dylan no es nada fácil encontrar otra canción que combine así la poesía directa con la claridad casi intemporal de la protesta política. Estas son las letras:
Come you masters of war.You that build all the guns. You that build the death planes. You that build the big bombs. You that hide behind walls. You that hide behind desks. I just want you to know I can see through your masks... Let me ask you one question. Is your money that good? Will it buy you forgiveness, do you think that it could? I think you will find, when your death takes its toll, all the money you made will never buy back your soul.
[Vengan, amos de la guerra. Ustedes que han construido todas las armas. Ustedes que han construido los aviones de la muerte. Ustedes que han construido las grandes bombas. Ustedes que se esconden detrás de las paredes. Ustedes que se esconden debajo de los escritorios. Soóo quiero que sepan que puedo ver a través de sus máscaras... Déjenme preguntarles una cosa: ¿realmente su dinero es tan bueno? ¿Puede comprar el perdón, creen que podría? Creo que descubrirán, cuando la muerte venga por su peaje, que todo el dinero que hicieron nunca les devolverá el alma.]
Una sencilla canción, aunque líricamente muy bien ensamblada y que, no obstante, dice las cosas esenciales de la guerra y el control político de lo que hoy se conoce como el "shadow government". Las cosas ciertamente no han cambiado mucho en este sentido en los últimos sesenta años. E igualmente, no hay duda de que el clásico antiguerra de Dylan permanece vigente como una insuperable canción de lúcida protesta contra el complejo industrial militar que parece ser el único ganador y el que siempre está presente en todas las guerras.
Al final, la diatriba de Dylan es moral, no sólo política: hay ese eco bíblico de que el dinero es causa del mal. Y la sugerencia de que hay algo más que el poder mundano y no ver más allá de este corrompe el alma.