Kinam: conoce los beneficios físicos, emocionales y espirituales de esta práctica prehispánica
Buena Vida
Por: Harmonía - 06/13/2022
Por: Harmonía - 06/13/2022
¿Qué es kinam? Es un conjunto de prácticas con origen en las civilizaciones mesoamericanas. No se trata sólo de una práctica física, sino de generar una conexión entre el movimiento físico y el estado emocional. Practicar kinam es reconocer que las raíces prehispánicas se encuentran más allá de la forma en la que hablamos, la comida que comemos y la historia que compartimos. El kinam es una forma de pararse frente al mundo.
Con el rescate de esta práctica milenaria no sólo se obtiene una reconexión con las raíces de los ancestros prehispánicos que habitaron el México antiguo sino que también aporta beneficios en cuanto al bienestar físico, emocional, mental y energético, así como una conexión espiritual con el interior de cada persona.
A través del movimiento y las posturas de poder, el kinam ayuda a conectar con el cuerpo y las emociones y a encontrar el equilibrio en todos los niveles, al hallar la fuerza desde el propio centro. Y es que, aunque implica el movimiento y la fuerza y elasticidad del cuerpo, el kinam también es una práctica que trabaja desde el interior.
Al realizar las posturas, los practicantes pueden sentir cómo su cuerpo se activa, pueden lograr una mejor comprensión del cuerpo y una mayor conexión con él; al mismo tiempo, se da una conexión con la naturaleza y los elementos, lo que ayuda a las personas a sentirse enraizadas y fuertes, como los árboles.
El poder del kinam consiste en que recupera muchas de las prácticas físicas que realizaban tanto los guerreros como el resto de los habitantes de Anáhuac. Las posturas están orientadas a los cuatro rumbos y cada una tiene un significado y relación con los cuatro elementos de la naturaleza, por lo que, al realizarlas, se practica también un ritual de gratitud hacia la madre Tierra y sus elementos.
De esta manera, el kinam ayuda a quienes lo practican a sentirse mejor físicamente, al mejorar el tono y la fuerza muscular, así como la estabilidad, el equilibrio y la elasticidad; pero también, la práctica es un momento de meditación e introspección, que calma la mente y da un mejor cauce a pensamientos y emociones, a través del movimiento del cuerpo y la concientización de la respiración.
Además, ayuda a poner una intención a cada día, a desconectarse del estrés y las preocupaciones, a aclarar la mente para pensar mejor cómo resolver los problemas, a tranquilizar y liberar emociones y a tener más energía, tanto interna como externamente.
Si quieres saber más sobre este arte, te invitamos a consultar la información que ofrecen el Instituto Kinam y AgoraLucis, los centros en donde esta disciplina se imparte. Además, en este momento puedes aprovechar la oportunidad de formar parte de las primeras generaciones de maestros de kinam a través de un curso de certificación en kinam.
Pero incluso si tu objetivo no es ser maestro, tendrás las herramientas para gozar de bienestar físico, reducir la ansiedad emocional y mental y conectar con la práctica psicofísica que realizaban los antiguos pobladores del Anáhuac.
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Imagen de portada: El hombre-cosmos, Códice Vaticano 3738