Aún no superábamos las elecciones en Estados Unidos cuando pusimos los ojos en Perú. Vimos cómo en medio de una crisis económica y sanitaria, el congreso peruano destituyó al presidente Martín Vizcarra.
¿Por qué?
Es una buena pregunta y probablemente aquí no podamos responderla. En todo caso, la justificación (criticada en su validez legal) fue que Vizcarra estaba incapacitado moralmente. En otras palabras: lo acusaban de presuntos delitos de corrupción, que por lo demás ya estaban siendo investigados. Los políticos latinoamericanos no decepcionan: los mismos acusadores están tapados en sus propios procesos legales. Cosas como esta hacen que el poema de Magda Portal, "Digo", siga haciendo sentido a casi sesenta años de haber sido escrito:
Pero dicen palabras y palabras
dicen «la libertad» «el progreso» «la justicia»
«la paz» «la convivencia».
Ellos alquilan líderes
subastan las conciencias
y fabrican sus héroes de trapo
para que el pueblo los admire y crea.
Lo que siguió en Perú fueron días violentos: el reemplazo de Merino, abuso de poder, protestas, represión desmedida, medios de comunicación cómplices, personas desaparecidas, desparecidos que regresaron, abusos sexuales y dos muertos a manos de la policía: Inti Sotelo, de 24 años y Bryan Pintado, de 22.
Rabia, miedo, impotencia. En más de un año de estallidos (Puerto Rico, Ecuador, Chile, Colombia, Estados Unidos, Perú), los policías se han compartado con la misma violencia brutal en todas partes. Como un mantra desagarrado a lo largo de América, resuena el poema "ACAB": una canción de cuna, de Sean Bonney (aquí en una traducción libre de la poeta Valeria Román):
no digas "un cafecito en la mañana" di tombos cagones / en vez de
"atracción gravitacional de la tierra" di tombos cagones/ en vez de
"me viene, hay días, una gana ubérrima, política" di tombos cagones
cualquier otra palabra está enterrada ahí
todas las otras palabras están dichas allí / no digas "gobierno de transición"
di tombos cagones / no digas "feliz año nuevo" di tombos cagones
tal vez di "re-escriban el calendario" pero luego, inmediatamente
después de eso di tombos conchatumare / en vez de "piedra filosofal" en vez de
"beto ortiz" en vez de "trabajo de transmutación" en vez de "amor
por la belleza" di tombos cagones / no digas "aquí está mi nuevo poema"
di gobierno de facto / di golpe de estado / di prensa cómplice / di en avenida abancay no puedo respirar
di estado policial y terrorista / di viejos rancios en el congreso / en el gabinete de ministros / di inti / di bryan/ di tombos cagones
di sin justicia no hay paz
di ni olvido ni perdón y luego di tombos cagones
Y entonces vino la renuncia de Merino y un nuevo presidente: el académico Francisco Sagasti, que al asumir recitó a César Vallejo. Gesto conciliador, pero que también dejó de lado el aspecto más político y comprometido del mismo poema, y la situación en Perú. Aquí algunos versos que Sagasti omitió:
Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...
Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...
Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...
¿Cómo siguen las cosas en Perú?
En las calles suena una nueva constitución, reparar los daños, no olvidar a quienes murieron en la lucha, acabar con el populismo, terminar con el ciclo de políticos corruptos, que sólo defienden sus propios intereses. Y sobre todo, suena un deseo de futuro, de un cambio profundo, radical. El último capítulo de Tufillo de Poeta se lo dedicamos a Perú, su gente, su lucha, sus muertos.
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Imagen de portada: telam.com.ar