La Ley del Clima entrará en acción en enero del 2018 y plantea como metas que la política climática del gobierno se base en los objetivos climáticos y especifique cómo se llevarán a cabo; además, se deberá presentar un informe sobre el clima cada año en el proyecto de ley de presupuesto, y finalmente, el gobierno elaborará un plan de acción de política climática para la consecución de sus objetivos climáticos cada 4 años.
Esta ley hace de Suecia un país excepcional, al comprometerse con un objetivo más ambicioso del que fue planteado bajo el acuerdo climático de París del 2015 (en donde se pretende lograr la neutralidad de carbono para el 2050). Costa Rica, sin embargo, se comprometió en el acuerdo de París a alcanzar cero emisiones antes que Suecia, en el 2021; éste es el único país con más de 1 millón de personas que tiene un objetivo tan ambicioso.
"Con Donald Trump planeando retirarse del acuerdo de París, ahora más que nunca necesitamos que el resto del mundo aumente su contribución en la lucha contra el cambio climático", dijo Gareth Redmond-King, jefe de clima y energía de World Wildlife Fund (Fondo Mundial para la Naturaleza). "Es una victoria importante, no sólo para Suecia, sino para todos los que se preocupan por el futuro de nuestro medio ambiente".
Suecia ya ha pasado décadas eliminando el carbono de su suministro de energía. En la década de los años 70, comenzó a construir una flota de reactores de energía nuclear. En la década de los 90, introdujo un impuesto sobre el carbono, que alentó un alejamiento de los combustibles fósiles. A principios de este siglo, comenzó a invertir más en energía renovable, especialmente en energía eólica y solar. Es por eso que actualmente sólo 1/4 parte de la energía de Suecia proviene de combustibles fósiles, en comparación con más de 4/5 en EEUU y el Reino Unido.
La Ley del Clima aprobada en Suecia compromete al país a reducir sus emisiones absolutas de gases de efecto invernadero en al menos un 85% por debajo de los niveles de 1990. Para el 15% restante, se planea compensar las emisiones invirtiendo en proyectos que contribuyan a reducir la contaminación tanto en Suecia como en otros lugares. Esto puede implicar, por ejemplo, financiar proyectos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero o invertir en tecnología de captura de carbono.