Los perros son los entrañables compañeros del ser humano. En la mayor parte del mundo tienen un lugar especial entre los animales (salvo en algunos lugares, como en ciertas partes de Asia, donde se los comen). En Ia mitología hinduista, de una vastedad insuperable, existen perros que son adorados com deidades y en el plano terrestre tienen sus festejos. En Nepal, durante el Festival de las Luces Tihar, que ocurre en otoño, se tiene un día especial, el Kukur Tihar, en el que se venera a los canes y se les ofrecen deliciosas alimentos y golosinas, se les llena de flores y perfumes, se les canta, se les recitan mantras y en general se les atiende como si vivieran en el paraíso. Con esto se honra la amistad que existe entre especies, así como también las manifestaciones de ciertas divinidades como perros. El festival también venera a los cuervos y a las vacas.
Bhairava, una de las manifestaciones iracundas del dios Shiva, tiene como vehículo a un perro. Igualmente, el dios de la muerte Yama tiene una compañía de dos perros, cada uno con cuatro ojos, los cuales vigilan las puertas de algo similar al infierno (algo que hace pensar también en el Can Cerbero, el perro de Hades de múltiples cabezas).
Otra historia relacionada narra que a la muerte del príncipe Yudhisthira, éste se encontró con el dios Indra, quien le pidió que dejará a su perro para poder permanecer en el cielo. Yudhisthira se negó a entrar al cielo sin la compañía de su fiel mascota. Finalmente Indra mostró compasión y dejó a ambos entrar, no sin antes deificar al perro.
Este festival muestra una curiosa belleza, la belleza de la ternura y la extrañeza de invertir los papeles como ocurría en las Saturnalias, donde los esclavos eran atendidos por los amos, un cambio de rol que da oxígeno a la sociedad. Las cosas se vuelven al revés por un día. Curiosamente, en inglés la palabra "dog" al revés es "god" (el perro es un dios de cuatro patas, sin ego, ayudándonos a despertar en una misión sigilosa).