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La extraña desaparición de aparatos supuestamente alienígenas del antiguo Egipto

AlterCultura

Por: Kin Navarro - 11/22/2016

El secreto de este peculiar egiptólogo podría comprobar la presencia de aliens en el antiguo Egipto.

Hace 74 años moría en Jerusalem uno de los más grandes egiptólogos de la historia, William Matthew Flinders Petrie, descubridor de la estela de Merneptah, primer registro histórico de la existencia de Israel, quizá pensando que se llevaría a la tumba muchos de sus más grandes secretos.

Inglés de nacimiento, este arqueólogo es una de las figuras más importantes de la exploración temprana de las pirámides de Giza, la ciudad de Tanis, Fayum, entre muchas otras zonas y puntos relevantes del antiguo Egipto; se dice que es uno de los arqueólogos con más objetos descubiertos de la historia, muchos de ellos se encuentran repartidos en diversos museos alrededor de Europa, otros encontraron un lugar más interesante.

De acuerdo al canal de Youtube, Paranormal Crucible, los descubrimientos de este prolijo explorador podrían constituir una prueba a favor de las teorías sobre seres extraterrestres en el antiguo Egipto. Algún tiempo después de la muerte de Petrie, fueron descubiertas piezas particulares ocultas dentro de un compartimento secreto al que se accedía mediante el librero.

Además de algunas piezas, que se encuentran en exhibición en el Museo Petrie en Camdem, Inglaterra; se encontraron dos cuerpos momificados, considerablemente bien conservados, y de posible origen alienígena: “cabezas largas, ojos amplios, brazos delgados”

Por si fuera poco, también reportan un artefacto junto a los cuerpos. No se sabe de dónde vino aunque se presume que fueron encontradas en el complejo de la pirámide de Giza, se trata de sofisticada tecnología que difícilmente podría haber pertenecido a los egipcios: hecho de un metal dorado, posiblemente oro, en forma de disco y con una cubierta translúcida. El objeto no ha podido ser identificado pese a un “intrincado mecanismo interno que incluye una espiral dorada unida a pequeños globos dorados y cruces”, según este reporte.

No se sabe bien a bien por qué Flinders Petrie nunca se decidió a mostrar estos hallazgos al público general. En todo caso, lo que sí se dice es que el hallazgo no trascendió demasiado y tuvo un final anticlimático con la aparición de algunos agentes del Museo Rockefeller que se hicieron cargo de estos descubrimientos. Muchos entusiastas del fenómeno alienígena están seguro que las piezas no podrán ser vistas por el público durante bastante tiempo.

 

Epílogo

Lo que sí tenía claro Flinders, inventor de la estratigrafía, era su inalterable misión para ayudar al hombre a alcanzar sus límites e ir más allá de ellos. Partidario de la eugenesia, es decir la optimización genética de la humanidad, pidió que su cabeza fuera estudiada por la ciencia (la envío al Royal College of Surgeons, en Londres) y ésta fue retirada de su cuerpo antes de su funeral en Jerusalén, donde vivía junto a su esposa. Luego de los bombardeos nazis en Londres, el frasco que contenía su donación fue grandemente ignorado en la universidad, perdió la etiqueta que indicaba su contenido y se perdió algún tiempo hasta que volvió a ser identificado en 1989.