Grandes ciudades, largos viajes: la inesperada oportunidad para meditar
Buena Vida
Por: Kin Navarro - 11/23/2016
Por: Kin Navarro - 11/23/2016
Estrés a tope, el vagón del metro va lleno. Un espacio reducido, saturado, personas hasta donde alcanza la vista: todos apretados, tratando de ignorarse, enojados, apresurados, nerviosos, hastiados. Este sería el último lugar en el que pensarías si te propones comenzar a ejercitar una vida espiritual y practicar la introspección.
Con todo, para muchos se trata de uno de los pocos momentos del día en que pueden detenerse a respirar, cerrar los ojos y reflexionar. El transporte público es como un segundo hogar, mientras más larga es la distancia entre nuestros destinos mayor es el tiempo que pasamos dentro de él ¿por qué no aprovecharlo?
Ya sea de ida al trabajo o de regreso a casa, meditar en el transporte público ayuda a mejorar nuestra experiencia durante el viaje volviéndola placentera y relajante. Son varios los beneficios de la meditación diaria: relaja la mente y el cuerpo, combate la depresión, la enfermedad y mejora la calidad del sueño.
Para comenzar tu meditación cierra los ojos, respira a profundidad y con calma. Se trata de prestar atención al momento presente de manera particular y dejando de lado cualquier juicio. ¿Es un lugar difícil para meditar?
Concéntrate en las sensaciones de tu cuerpo, tus pies, tus manos, tu cabeza. Siente cómo estás inmóvil y sin embargo el impulso del transporte te mueve a gran velocidad. ¿Demasiado ruido? Trata de escucharlo sin proyectar en él ninguna emoción o atributo.
Ya habrá tiempo para seguir desarrollando tus habilidades, lo importante es comenzar. Puedes visitar nuestra sencilla guía para principiantes. También se puede practicar un enfoque de meditación de amor y bondad, esto es, generar pensamientos de bienestar para todo y todos los que te rodean. Este enfoque puede cambiar rápidamente nuestro estado de ánimo de tormentoso a una pacífica brisa.
Dale una oportunidad y encuentra el camino a través de ti; todo lo que necesitas ya está contigo, sólo debes acercárte a buscarlo.