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Una niña sola en la calle: si es pobre, se le ignora; si está bien vestida, se le ayuda (VIDEO)

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 06/28/2016

Este experimento social de la UNICEF muestra lo habituados que estamos a ignorar la desigualdad y la pobreza, como si no existieran o como si creyéramos que es algo natural en el mundo

En sociología existen estudios en torno a la “invisibilidad social”, un concepto que a grandes rasgos se refiere al hecho de que en la vida cotidiana existen personas a las que estamos acostumbrados a pasar por alto, a “no ver”, como si de verdad no estuvieran ahí. En las sociedades modernas apartamos la vista ante la pobreza, la mendicidad, la locura, la enfermedad, el defecto, el crimen, pero también, en tiempos más recientes, ante personas que han sido empujadas a las márgenes del sistema por otro motivos, desde el personal de limpieza de grandes edificios hasta manifestantes que muestran su desacuerdo colectivamente. Todos ellos, en algún punto, pueden ser invisibles ante nuestros ojos formados para ignorarlos.

Retomando en parte esta noción, la UNICEF (en colaboración con la agencia Switch Communications y en el marco de su campaña #FightUnfair) realizó recientemente un experimento social en el que Anano, una pequeña niña de 6 años deambuló sola en dos lugares públicos, una calle concurrida y un restaurante, ambos en la ciudad balcánica de Tbilisi, la capital de Georgia.

El detalle, sin embargo, fue que la pequeña se presentó bajo dos aspectos muy distintos: en uno con ropas andrajosas, la cara sucia, el cabello desliñado; en otro limpia, con abrigo y zapatos lustrosos, bien peinada.

 

Si nos preguntaran, quizá cualquiera de nosotros diría que de ver a un niño solo en la calle seguramente se acercaría a ayudarlo, ¿pero qué tan cierto es esto más allá del discurso?

A juzgar por este experimento, esa buena voluntad sólo se hace presente con aquellos que parecen merecer nuestra ayuda o nuestra solidaridad. Los otros, los diferentes, los marginales, ellos parecieran ser almas perdidas sin posibilidad de redención.

El experimento es muy elocuente en este y otros aspectos, pero quizá el más importante es que da cuenta del adoctrinamiento en el que muchos vivimos a propósito de la desigualdad, la cual difícilmente cuestionamos y más bien tendemos a considerar casi como una cualidad natural de nuestro sistema o nuestras sociedades, algo dado, imperturbable. 

 

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