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Tomar una siesta reparadora de 10 a 20 minutos puede hacer que los trabajadores de oficina se sientan más descansados, lo que impacta positivamente en su trabajo y en el entorno laboral

Imagen: thelifesquare.com

La pesadilla de muchos oficinistas es trabajar cansados. Además de la baja de productividad (patrón del éxito cotidiano), la falta de sueño está ligada a afectaciones del sistema inmunológico, falta de concentración mental y emocional, además de sensación general de cansancio. En el mundo de la competencia interminable, el trabajo contabilizado en horas no toma en cuenta las necesidades de descanso de la gente.

A medida que muchos procesos y servicios se van automatizando, las empresas ponen más atención en las necesidades del factor humano. Un ejemplo radical de esto es que algunos sitios de trabajo ya están pensando en "salones de siestas", tambien llamados "siestarios", para fomentar una cultura del descanso en el trabajo (o "power nap", una siesta energetizante de entre 10 y 20 minutos), la cual poco a poco deja de ser vista como tabú.

No se sabe si la idea vino a partir de ver demasiados empleados colapsando frente a sus monitores, pero cuenta con promotores como Arianna Huffington, cofundadora y editora del Huffington Post. El tener que lidiar con redactores y reporteros cuyas jornadas laborales van en estrecha consonancia con el desarrollo de las noticias diarias resulta en casos de cansancio extremo, largas coberturas nocturnas y plazos rigurosos de entrega. Es por eso que la editora se atreve a hacer una suposición a largo plazo:

La verdad es que puedo prever que en los próximos años los salones de siestas serán tan ubicuos como las salas de conferencias, porque la ciencia es concluyente sobre el valor de la siesta. ¿Quieres tener empleados exhaustos que se quedan exhaustos todo el día, o prefieres que vayan a tomar una pequeña siesta de 20 minutos y literalmente tener otro día nuevo frente a ellos? Porque eso es lo que hace la siesta de restauración.

Pero más importante que poner camas cómodas o persianas que bloqueen la luz es eliminar el estigma de que dormir en el trabajo implica que la persona es perezosa. No lo es, simplemente está cansada, probablemente de trabajar (síndrome de burnout, el tipo de cansancio propio del "cognitariado").  

"Por suerte", afirma Huffington:

pienso que el estigma en torno a la siesta está desapareciendo rápidamente. Sé que cuando lanzamos nuestras salas de siesta en el Huffington Post en 2011 hubo mucho escepticismo y exasperación, y la gente se resistía a ser vista en plena tarde entrando a la sala de siestas. Pero ese ya no es el caso; las salas de siesta están siempre llenas, y pienso que de hecho vamos a necesitar una tercera.

Una buena manera de implementar el horario de siestas en la oficina es comenzar por el jefe. Huffington, por ejemplo, tiene:

un sofá en mi oficina, y tengo paredes de vidrio, así que cuando quiero tomar una siesta no uso la sala de siestas para no quitársela a otros, mejor tomaba la siesta en mi sofá y cerraba la cortina. Ahora ya no cierro la cortina. Y eso ha ayudado a eliminar el estigma, el mostrar que se puede dormir en público y, de hecho, es una herramienta que mejora el desempeño, y debería ser celebrado como tal.

Así que ya lo sabes, si ves a tu jefe durmiendo la siesta en horas de trabajo, haz lo propio.