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Investigador estudia a diferentes genios de la historia y encuentra la cualidad que tienen en común

Ciencia

Por: Luis Alberto Hara - 06/27/2016

Historiador de la ciencia y biógrafo de algunos de los más grandes genios de la historia de la humanidad considera que el poder de concentración es la característica que define a los genios.

Habiendo reflexionado sobre la evolución de las ideas y las mentes responsables de los grandes descubrimientos científicos, James Gleick es uno de los historiadores de la ciencia más reconocidos en la actualidad. En una intervención para el sitio Big Think, Gleick explica que además de la inteligencia (lo cual es una obviedad) existe una característica que comparten todos los grandes genios, un rasgo que incluso los podría definir, y que consiste en una capacidad extraordinaria de concentración. 

Gleick ha escrito biografías de genios como Newton o el físico Richard Feynman, dos hombres completamente distintos. Newton era un hombre solitario, melancólico, que nunca tuvo pareja; Feynman era altamente social, incluso mujeriego y sumamente extrovertido. Pero ambos tenían algo en común: su necesidad de retirarse dentro de sí mismos, en la soledad de su mente, y la capacidad de pasar grandes cantidades de tiempo inmersos en profundo estudio. Según observa Gleick a partir de las investigaciones de su libro The Information esto mismo caracterizó a las grandes mentes en la historia de la informática, mentes como la de Charles Babbage.

"Todos los genios tenían una habilidad de concentrarse con una intensidad difícil de concebir para las personas normales... una pasión por la abstracción", explica. 

Podríamos estar seguros de que el gran psicólogo William James coincidiría con Gleick. Hace un siglo, James escribió:

La facultad de controlar una atención inquieta una y otra vez es la raíz misma del juicio, el carácter y la voluntad... Una educación que aumente esta facultad sería la educación por excelencia.

Seguramente aquí intervienen dos factores, por una parte el dominio de la mente, la capacidad de dirigir y mantener la atención y de manera relacionada también la pasión que da tener una vida llena de significado. Estas dos cosas se entremezclan para formar y dirigir una misma energía mental focalizada. Podríamos conjeturar que la mente tiene en sí misma un potencial de genialidad, de acceder a la sabiduría, de descubrir los secretos del cosmos, pero es la capacidad de concentración, de dominio mental, lo que distingue a las diferentes mentes.

En su libro The Attention Revolution el maestro de meditación budista, traductor y físico Alan Wallace sostiene que nuestra sociedad moderna occidental tiene un problema general de déficit de atención. Si esto es así, es posible que estemos también dificultando la formación de nuevos genios y restringiendo la vitalidad del pensamiento innovador para las siguientes generaciones. No obstante, Wallace considera que la atención mental puede entrenarse practicando la meditación, así que la revolución del "mindfulness" podría ser un importante remedio en esta época de la distracción.

En uno de los grandes clásicos de la filosofía esotérica del siglo XX, Valentin Tomberg explica el concepto de la "concentración sin esfuerzo" como el pilar sobre el cual se erigen los magos y los ocultistas. 

 

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