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Los católicos tienen mejor sexo que los ateos (Fuente: un católico)

Por: Luis Alberto Hara - 05/03/2016

Los católicos probablemente crean que tienen buen sexo porque las relaciones monógamas y de larga duración son su único parámetro de comparación

(Imagen: netivist.org)

En un desesperado intento por atraer feligreses a las filas cada vez más exiguas del catolicismo, así como conservar a los restantes, Patrick Fagan, miembro del Consejo de Investigación de la Familia y antiguo oficial de la administración del presidente Bush padre, dijo durante una conferencia que "aquellos que adoran a Dios semanalmente tienen mejor sexo". El grupo conservador extrajo esta revelación a partir de una lectura sesgada de estudios publicados en la National Health and Social Life Survey de 1992.

En realidad, esta carnada publicitaria no es nueva: el sociólogo católico y sacerdote Andrew Greeley lo intentó en el '94 con la publicación de Sex: The Catholic Experience, y Gregory K. Popcak, consejero familiar católico, con el libro Holy Sex!: A Catholic Guide to Tow-Curling, Mind Blowing, Infallible Loving, de 2008.

Los católicos no suelen hacer gala de su congruencia en general (es por eso que nunca veremos una Cruzada ateísta), pero en este caso un par de preguntas importantes se ponen en la mesa: ¿una vida sexual satisfactoria puede alcanzarse en una relación monógama o la diversidad sexual es necesaria para ampliar nuestras oportunidades de placer? ¿De qué forma la culpa judeocristiana impregna todas nuestras ideas de relación de pareja, de placer sexual o incluso de individualidad?

Existen otros estudios que afirman que los ateos tienen mejor sexo que los católicos o miembros de alguna religión por el simple hecho de que su relación con la culpa es más sana: no existe una autoridad invisible que esté pendiente de lo que los ateos hacen con sus genitales, y si de cualquier forma estuviera mirando, probablemente no les importaría. Este punto de vista --del sexo sin culpa-- es visto como "sexo pagano" por los creyentes como Fagan, quien completa así el diagnóstico de nuestra época: "Homosexualidad, infidelidad, eutanasia, infanticidio: estas eran prácticas sexuales comunes en la Roma pagana. Los cristianos llegaron para ser muy distintos, para ser monógamos, fieles".

Pero lo cierto es que los ateos tratando de convencer a los creyentes de que sus prácticas sexuales son mejores se ven igual de ridículos, y sus encuestas tampoco gozan precisamente de mucho rigor científico por el hecho de que la religión y el sexo son partes integrales de la vida de las personas, sean creyentes o no, puesto que vivimos en un mundo donde ambas fuerzas sirven al mercado y acaparan fuertes intereses económicos. Si tu definición de "buen sexo" tiene que ver con tener un número variable de parejas sexuales, entonces el "buen sexo" de los monógamos, religiosos o no, te parecerá aburrido y predecible, y si te identificas con la segunda tendencia, probablemente el circo de las citas y las expectativas de la vida de soltero te parecerán engorrosas o inmaduras.

No importa en qué bases tu identidad, pues como dice el dicho, "todo en la vida se trata de sexo menos el sexo, que se trata de poder".