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Todo apunta a que Banksy es Robin Gunningham, un multitalentoso inglés de 46 años

Uno de los mayores enigmas de la cultura pop en décadas recientes podría haber sido resuelto por un grupo de científicos de la Universidad Queen Mary, en Londres. Y de haberse encontrado la cotizada respuesta, esto sería gracias a una novedosa técnica empleada en criminología que se llama "perfilado geográfico".

La historia del arte urbano tiene un parteaguas claro: antes y después de Banksy. La masificación cultural de esta práctica registrada en los últimos 10 o 15 años se debe, en buena medida, a la monumental popularidad que adquirió la obra de este inglés. Combinando de forma brillante la acidez crítica con una cierta técnica gráfica, los mensajes que Banksy ha ido plasmando en muros alrededor del mundo redimensionaron el arte callejero –para bien y para mal– y han detonado, estamos seguros, millones de reflexiones entre transeúntes que tuvieron la fortuna de encontrarse con sus obras.

A pesar de vender piezas en cantidades exorbitantes y de que múltiples celebridades posean obras suyas (por ejemplo Kate Moss), resulta increíble que Banksy haya logrado mantener su anonimato. Sin embargo esto último podría haber terminado, luego de que un grupo de científicos se propusiera demostrar la eficacia del método de "perfilado geográfico", el cual, se dice, será una herramienta de gran utilidad para determinar la identidad de criminales.

Básicamente este método consiste en mapear las locaciones en las que una persona ha sido vista; en el caso de Banksy, se tomaron los puntos en los que ha realizado piezas. A partir de estos puntos se construye matemáticamente un patrón que va comprimiéndose, al combinarse con diversas pesquisas, hasta determinar una pequeña área y posteriormente apuntar a una persona. En el ejercicio, tras analizar 140 puntos marcados en Londres y Bristol, se concluyó que la identidad del elusivo artista urbano corresponde a Robin Gunningham. Curiosamente se trata de la misma persona a la que había apuntado una investigación periodística realizada en 2008. 

De acuerdo con un artículo publicado entonces en The Daily Mail, Gunningham nació en 1973 y sus allegados lo recuerdan como una persona nómada y multitalentosa, particularmente en lo que respecta al arte, que se inició en el arte callejero y a quien luego perdieron de vista. 

Sea o no Banksy, es difícil imaginar que el teatro lúdico orquestado por este brillante artista se detendrá. De hecho es muy probable que ya esté contemplado el momento en que pierda el anonimato, independientemente de que sea o no esta vez, y que tenga preparada una catártica y burlona soap opera para celebrarlo. A fin de cuentas Banksy es Banksy, sin importar cuál haya sido su exidentidad.