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Un virus sin cura ni vacuna, que produce que los bebés nazcan con la cabeza un poco más pequeña de lo normal, ha puesto en alerta a la comunidad internacional

Aedes_aegypti_CDC-Gathany

Las Olimpiadas de Río de Janeiro 2016 ya comienzan a generar titulares a partir del brote de Zika, un virus que produce microcefalia en bebés, por lo que las autoridades olímpicas y sanitarias de Brasil se preparan para una tormenta difícil de controlar.

Y es que la única forma de transmisión del virus de la que se sabe es mediante la picadura del mosquito, por lo que se han extendido brigadas sanitarias para tratar de detener su proliferación; además, el hecho de que las Olimpiadas tengan lugar en agosto, durante el invierno sudamericano, hace que las autoridades presenten un buen panorama para la comunidad internacional.

Sin embargo, aerolíneas como Lufthansa, American Airlines o la chilena Sky han anunciado la posibilidad de devolución del importe de pasajes a Brasil para pasajeras embarazadas frente a la alta peligrosidad del virus: se estima que unos 4 mil bebés han nacido con microcefalia, un cráneo más pequeño del promedio, lo cual afecta el desarrollo neurológico de los pequeños.

El equipo olímpico australiano es el único que hasta el momento ha emitido una alerta explícita para sus atletas mujeres sobre el riesgo existente en viajar a la sede olímpica; a pesar de que el ministro de salud de Brasil, Marcelo Castro, ha dicho que las autoridades están perdiendo la batalla, los organizadores de las Olimpiadas no pueden suspender el evento por un mero problema de salud. A las puertas del próximo Carnaval, a celebrarse la próxima semana, se han dado órdenes a 3 mil agentes municipales para fumigar las zonas donde los mosquitos anidan.

El virus de Zika fue descubierto en Uganda en 1947, y debe su nombre al bosque donde se le descubrió. Actualmente 22 países han reportado brotes del virus, en el sur de Asia, las Islas del Pacífico, el Caribe y distintos países de Latinoamérica, incluidos Brasil y México. No existe prevención ni cura, y a pesar de que sólo se conocen casos de transmisión por picadura de mosquito, no se descarta que pueda ser transmitido vía sexual, pues el virus fue encontrado en el semen de un hombre en Tahití.

 

(Daily Mail)