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Según investigación genética, la mayoría de los europeos vivos tiene el mismo ancestro: Carlomagno

Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 05/25/2015

Un estudio genómico encontró que muchos europeos vivos descienden de las mismas personas que vivieron en el continente hace casi mil años

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Sin que sea del todo una inexactitud ni un statement hippie, podría decirse que casi toda la humanidad está relacionada entre sí. Si fuera posible indagar sobre nuestro origen común tal vez llegaríamos a ese punto inicial en el que todo comenzó con una pareja primigenia, una suerte de Adán y Eva pero en versión homínido que con el paso del tiempo se convirtió en el gran árbol genealógico de las 7 mil millones de personas que vivimos actualmente en la Tierra, cada uno con sus ancestros correspondientes.

Puede ser que esto no sea una imprecisión, pero sin duda es un despropósito. Más asequible es un estudio publicado recientemente en la conocida revista Nature, cuyos autores ―Peter Ralph y Graham Coop, genetistas de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles y de California en Davis, respectivamente― aseguran con base en sus investigaciones que la mayor parte de los europeos tienen ascendientes comunes y, además, relativamente recientes.

Ralph y Coop siguen una línea de investigación sobre el genoma humano que, en otros estudios, ha seguido la evolución de nuestra especie a partir de momentos capitales como la migración del Homo sapiens de África hacia Europa y Asia ocurrida hace casi 100 mil años. En el caso de los genetistas, su objetivo fue reconstruir el genoma de los ancestros de la población europea típica.

El método para conseguir esto fue analizar los marcadores genéticos que se conservan en el genoma mitocondrial, ya sea en el ADN heredado de la madre o en el del padre. Estas marcas cambian de una generación a otra como secuencias que se acortan conforme se añade otra carga genética; sin embargo, los fragmentos que quedan intactos pueden servir para determinar el grado de parentesco entre una persona y otra.

A partir de este análisis, los genetistas encontraron que los habitantes actuales de Europa comparten muchos antecedentes con personas que vivieron hasta mil años antes.

“Básicamente, todas las personas vivas en el siglo IX que dejaron descendencia son ancestros de cada uno de los europeos vivos actualmente, incluyendo Carlomagno, Drogo, Pipino y Hugo”, dice Adam Rutherford en The Guardian, citando la nómina de los carolingios.

Hasta donde se sabe Carlomagno tuvo 17 hijos, algunos reconocidos y otros bastardos, por lo que parece probable que según esta investigación no pocos europeos conserven, sin saberlo, parte de ese linaje real.