*

En tan sólo una secuencia de 6 viñetas, Cornellà logra llevarnos al lugar más incómodo y cruel que sin embargo, nos causa gracia

2

Uno de los hábitos de la mente es la invención de imaginarios horribles; pensar en todo lo que puede salir mal en el curso lógico de un acontecimiento. Esto lo hacemos a veces por ocio, a veces por inercia, pero muy raras veces por trabajo. El español Joan Cornellà le da vuelo a su imaginación para representar los escenarios más irónicos o crueles en forma de historietas. Combina narrativas hilarantes, incomodísimas, con una de las formas más clásicas del cómic: sus dibujos son tan amigables, coloridos y suaves que el efecto acaba siendo gracioso. En tan sólo 6 viñetas logra llevarnos a ese lugar de perversión extrema de la cotidianidad que pocas veces vistamos en la vida, y lo hace sin usar una sola palabra. Su obra abunda en mutilación y desfiguración, violencia sádica, ironía cruel y sobre todo, en la alienación de la modernidad.

Lo insólito es que produce sus cómics a tal velocidad que uno se pregunta si su vida es un constante recordatorio de que la humanidad de está desmoronando, o si su mente está ya hiperacostumbrada a imaginar escenarios sádicos a partir de cualquier evento ordinario.

 

 

joan8lkbklbklbn-1

 

joan9olnkefnklasdkg

 

joan10lbglkjdsnklg

 

joan12lnlknknkl

 

joan11ljljlnkhlhnlj

 

joan6lgkblkb

 

joan1klmdklgmzdkg

 

joan2ihknklhbkl

 

joan3ikvbjkvbjl

 

joan4lkhbkjbj

 

joan5lkbkjbklb