La valiente y responsable cineasta Laura Poitras ayuda con su cámara a que sea posible uno de los sucesos más importantes de la década, la publicación de la información oficial que Edward Snowden, un trabajador de la CIA, revela al mundo. Una comprometedora cinta que se erige como la tercera parte de la trilogía de Poitras sobre el 9/11.
Existe el término de que para que algo sea espiritual debe ser sencillo y práctico. Este documental termina siendo espiritual por varias razones, entre ellas levantar el espíritu del que lo experimenta de forma sencilla, pero en tiempo real; no sólo registrando un suceso trascendental sino siendo partícipe del mismo. En un mundo donde las corporaciones están más que nunca siendo parte del Estado, inclusive controlándolo al hacer que sus intereses sean obedecidos, gracias a que termina siendo la economía el único parámetro viable de comunicación; donde cada vez más pronunciado, el control piramidal hace que exista un único gobierno central en camuflaje, sobre este mundo globalizado. Las libertades constitucionales que tiene el individuo empiezan a estorbar para todo esto; es en este complicado contexto donde un individuo decide ejercer su libertad y denunciar acciones que todavía están ocultas a la luz publica, únicamente ganando con esto ser perseguido implacablemente hasta la fecha.
Edward Snowden es un héroe de esos que ya no hay; su nombre junto por ejemplo al de Julian Assange, podría figurar en los libros de texto de las primarias mundiales, si este mundo tomara un mejor rumbo. Esto sólo puede ser posible con ayuda de más individuos; en este caso es evidente la ayuda en la cámara de Poitras, la producción de Bonnefoy y Wilutzky, pero sobre todo la participación de reporteros implacables como Glenn Greenwald que, trabajando en The Guardian, acepta ser parte de todo el plan. Citizenfour, nombre alias que usaba Snowden en el chat platicando con Poitras antes de revelar su identidad, queda de acuerdo con Greenwald para platicar en un cuarto de hotel de Hong Kong; Poiras graba con su cámara digital de video las conversaciones. Cine rebelde en su más clara esencia contestataria, abogando por los derechos constitucionales contra un Estado global que oculta sus métodos a la población. El resultado de esta sesión y otras más, provoca que el mundo se entere de que la NSA tiene a todo mundo vigilado, controlando a sitios como Google, Yahoo, Facebook, Apple, etc… para poder tener acceso a la información de todos sus usuarios.
En algún momento de las pláticas que Snowden sostiene con los reporteros y la cámara, dice algo así como que este gobierno parece cada vez más manejarse como amo de una sociedad que actúa como vasallos de un reino, en lugar de responder el gobernante como alguien electo y la población como su electorado. Snowden denuncia que aparentemente con la excusa del terrorismo el gobierno vigila a todos, pero que en realidad se trata de juntar datos comerciales, de competencias industriales para ver cómo vender más en cierto país. La clave está en los metadatos personales, para mostrar en forma de estadísticas que hace todo mundo en internet, en ocasiones hasta llegar a ubicar gente que aboga por derechos humanos que van en contra de planes del gobierno americano; un terrorismo de Estado queda al descubierto en poco tiempo.
Llama la atención que no sólo haya sido la película nominada a un Oscar, sino que la Academia se lo haya otorgado, siendo el voto secreto la manera de protestar por parte del gremio de los cineastas, en este caso Hollywood, contra acciones gubernamentales de control fuera de la ley.
Edward Snowden aparece como una persona frágil que combate contra un aparato enorme teniendo todas las de perder, pero no ha sido así, por lo menos no hasta ahora, sentando además un gran ejemplo para generaciones venideras al pensar en su descendencia. Snowden estaba bien colocado dentro del sistema, nada le hubiera faltado en un mundo esclavizado, pero pensándolo a fondo se dio cuenta de la injusticia, de lo que no era correcto y de lo que estaba en juego, optando por reclamar lo mínimo para sus hijos, y sembrando el valor en el espectador de esta cinta.
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Twitter del autor: @psicanzuelo