El siempre prolijo Open Culture rescata esta imagen con la que Salvador Dalí contribuyó a una campaña en contra de las enfermedades venéreas en la Segunda Guerra Mundial. Aunque hoy resulta un poco políticamente incorrecta (el soldado tentado por las prostitutas o bailarinas infectas que como arpías lo llevan a la muerte por la boca entre sus piernas... y hasta una vaga vagina dentata emergiendo), el diseño nos muestra mucho de lo genial de Dalí, esa compresión-fusión simbólica, onírica e inquietante: un lóbrego cabaret que nos invita a bailar al más allá.
La anterior imagen se conecta --en la silueta y el trazo pesadillesco-- con la maravillosa Volupta Mors, en la que Dalí colaboró con el fotógrafo Philippe Halsman. Esta parece ser la fugaz encarnación de un sueño de su infancia, ensamblando un cráneo con porristas desnudas: la muerte voluptuosa, Eros y Tánatos en una lúdica y acrobática conflagración. Un portal mortal un poco más tentador, digno de un dandy.