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Lo usual y lo inusual están siempre en disputa, y mucho más tratándose de sexualidad. En cuestión de fantasías, su diversidad expresa la creatividad del ser humano frente al placer

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La vida sexual ocurre al asedio de la fantasía: fantasear es un acto que no sólo puede enfocar nuestra creatividad hacia nuevos territorios, sino ayudarnos a conocer nuestro placer y el límite de nuestros presupuestos morales.

¿Qué estaríamos dispuestos a hacer –sexualmente—para satisfacernos a nosotros mismos? ¿A otros? ¿A cuántos a la vez? Estas son algunas de las preguntas que un equipo de psicólogos canadienses respondió a través de un estudio estadístico (publicado en el número de octubre del Journal of Sexual Medicine).

Hay que recordar que el primer proyecto de metapsicología de Sigmund Freud (padre del psicoanálisis) tenía por objeto conocer la psicología del “yo” normal. Las categorías de lo usual y lo inusual –de lo normado y de lo perverso— varían histórica y culturalmente; sin embargo, se presentan mediante ciertos paralelismos y recurrencias entre sexos.

El título del estudio, “¿Qué es exactamente una fantasía sexual inusual?”, resulta ilustrativo no por su exposición de “rarezas” sexuales (como se consideró en su momento al estudio pionero de Kinsey sobre prácticas sexuales, o La sexualidad normal de A. Martin de Lucenay), sino por la recurrencia de estas.

Una remodelación hogareña y una cuidada decoración pueden acrecentar la felicidad en pareja (o en grupo)

Una remodelación hogareña y una cuidada decoración pueden acrecentar la felicidad en pareja (o en grupo)

En el estudio participaron 1,516 adultos (799 mujeres y 717 hombres). Aparecieron 55 fantasías sexuales diferentes, a partir de lo que se establecen recurrencias estadísticas. Por ejemplo, de las 55 fantasías, sólo dos fueron realmente inusuales tanto en hombres como en mujeres (zoofilia y pedofilia, menos de 2%), mientras que la mayoría de las fantasías se correlacionaron. Confirmado a través de análisis cualitativos, los investigadores sugieren que, al menos desde un punto de vista estadístico, las fantasías sexuales de la muestra se correspondían unas con otras: fantasías como sumisión y dominación sadomasoquista no sólo son comunes tanto en hombres como mujeres, sino que estaban relacionadas.

Sólo cinco fantasías sexuales fueron típicas en más del 70% de ambos sexos, constituyéndose como las más comunes:

“Me gusta sentir emociones románticas durante la relación sexual”.

“He fantaseado con formar parte de un(a) cunnilingus/felación (sexo oral)".

“He fantaseado con tener sexo en algún lugar inusual”.

“La atmósfera y el lugar son importantes en mis fantasías sexuales”.

“He fantaseado con tener sexo en algún lugar romántico”.

Hasta aquí, los canadienses pueden ser un poco aburridos. Sin embargo, a partir de aquí las siguientes fantasías se complejizan y se vuelven más específicas: coger con alguien de quien estás enamorado en la playa, a la luz de las velas, no es la única fantasía posible.

Algunas fantasías, sin embargo, no son tan complementarias: mientras 50% de los hombres han fantaseado con tener sexo anal, sólo 27% de las mujeres comparten la fantasía. Lo curioso es que casi 60% de mujeres han fantaseado con relaciones sexuales entre más de tres participantes (hombres y mujeres) al mismo tiempo, contra 24% de hombres. Los hombres fantasean mucho más con tener sexo con más de tres mujeres a la vez, con desconocidos, con voyeurismo y con sexo interracial.

Una fantasía presente en más mujeres que hombres es la de ser dominado sexualmente (73% vs. 52%). Aquí la imagen:

 Frecuencia de fantasías sexuales por género (via Reddit)