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Cory Arcangel cuestiona la procrastinación y la forma en la que compartimos en las redes sociales en un libro sobre cómo escribimos sobre estar escribiendo

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En nuestro mundo existen muchos más escritores que lectores. Casi todos en algún momento estamos "trabajando en nuestra novela"; esta es la tesis que inspiró el nuevo libro del comediante-artista provocateur Cory Arcangel. Todos creemos que podemos escribir una novela, que nuestra vida es súper interesante y que podemos transmutarla en ficción --para separarnos objetivamente de la confesión y sublimarnos como artistas-... todos procrastinamos.

Working On My Novel es un libro sobre la no-creación en lasitud, que recopila tweets que contienen la frase "trabajando en mi novela". Según Cory Arcangel, el concepto es el de "elevator pitch" o esa propuesta de idea que hace una persona en un elevador o en la más mínima oportunidad para convencer a un editor de publicar su novela o a un productor de hacer su guión. Generalmente pensamos que nuestras ideas son geniales y deben llegar a las masas sin falta. Arcangel precisa (o quizás ironiza):

El libro es sobre el acto de creación y la brecha entre las diferentes formas en las que nos expresamos hoy en día. Explorando los extremos de hacer arte, desde la satisfacción hasta incluso la euforia y esos días y noches donde nada nos sale, es la historia de lo que significa ser una persona creativa, y por qué seguimos tratando.

Y no está de más preguntarnos si realmente estamos escribiendo la nueva gran novela de la literatura latinoamericana o sólo estamos actualizando Twitter, leyendo notas de celebridades o bajando nueva música de blogs. Y al final del día, ¿cuánto tiempo dedicamos a crear y cuánto a perseguir información que apareció en nuestro feed y a compartir lo que pasaba por nuestra mente en Facebook y Twitter?

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De cualquier forma, Arcangel prueba que a veces, más que perseguir una obra épica y ambiciosa, sólo se necesita tener una buena y sencilla idea para hacer un libro que conecte con los lectores. Quizás, más que pensarnos como escritores en progreso, podemos concebirnos como editores. Es más útil y menos pretencioso.