Islandia es un país que enamora por sus paisajes y particular cosmogonía, que acerca al hombre a la naturaleza en una matriz mágica. Nos deja con la impresión de ser una especie de isla, en medio de la modernidad postindustrial, en la que aún podemos participar en un espacio encantado que evoca el mundo fantástico de Tolkien y otros autores.
En un territorio único de glaciares y volcanes, se erigen algunos de los paisajes más espectaculares de la tierra; dulce visual infalible para cualquier fotógrafo. La más reciente muestra dechada de la belleza islandesa viene de la fotógrafa francesa Sarah Martinet, quien en un reciente viaje nórdico pudo captar los increíbles paisajes de Islandia desde un avión sin ventanas. Las imágenes nos muestran una majestuosa e hipnótica topografía en la que se atisba un lenguaje arcano escrito por ríos y montañas.