John Baldessari es uno de los personajes más provocativos del arte contemporáneo, uno de los que hace reflexionar justamente sobre qué es arte. En este breve documental sobre Baldessari, narrado por Tom Waits (quien nació en el mismo pueblo de la frontera entre México y Estados Unidos) y dirigido por el dúo de Henry Joost y Ariel Schulman (directores de Actividad Paranormal), podemos experimentar el mantra por el que se rige el artista: no hacer arte aburrido.
Con ese ritmo, hecho para nuestra generación con déficit de atención, descubrimos que Baldessari, el artista multilaureado, quemó en 1970 todas las pinturas que había hecho. Una torre artística, casi de manera literal, Baldessari mide 2 metros y se pregunta cuánto mide Clint Eastwood; nunca lleva nada en las bolsas; cree que cuando muera lo recordarán por ser el hombre que dibujaba puntos sobre las caras de las personas y que las mujeres piensan que su nombre es fonéticamente sexy.
Sus tres reglas (además del fundamento de no hacer más arte aburrido):
1. El talento es barato.
2. Hay que estar poseídos (pero esto no se puede forzar).
3. Hay que estar en el lugar indicado.
Para algunos Baldessari podría ser un símbolo de la devastación del arte contemporáneo, del pop art hasta las instalaciones conceptuales, muchas de las cuales nos hacen reflexionar no sólo sobre qué es el arte sino si vivimos en sus postrimerías. De cualquier forma, es indudable que su buen humor y su confianza son contagiosas. Simplemente Baldessari, campeón provocador disfrutando de la vida, recortando fotos y coloreando las caras, como un niño grande.
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Baldessari no esconde su cinismo. Aquí, algunos consejos para artistas que quieren vender bien sus obras: