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Artista instala pianos en calles alrededor del mundo

Por: Jimena O. - 04/19/2014

El creativo Luke Lerram ha derramado pianos por decenas de países, para que las personas sientan suya la calle y se acerquen a la música sin pudor.

piano 2Los seres humanos somos imitadores casi por naturaleza. De niños aprendemos a hablar porque copiamos lo que observamos, aprendemos que una silla es silla, porque así se enseña, y en gran parte, muchas de nuestras inquietudes están marcadas, intensamente, por lo que vemos en casa. Si tu padre es un melómano, es muy probable que al menos alguien en tu familia sea un melómano. Lo anterior puede ser también adverso, si alguien crece en un entorno violento, entonces creerá, al menos inicialmente, que lo más normal es que la vida sea de tal forma.

Las cosas e instrumentos que nos rodean en nuestra infancia, marcarán en alguna medida las cosas en las que pensamos, y a las que ponemos atención. Las artes, y la cultura universal, que figuran en muchos hogares, seguramente marcarán la manera en que los niños abordan la vida: la cultura y las artes, crean cultura. Por esto, en los hogares donde no ha habido contacto con algún instrumento musical, aunque no es regla, es muy probable que sus miembros no estén inclinados, al menos prontamente, a la música.

El artista británico, Luke Jerram, ha esparcido unos mil doscientos pianos en 45 distintas ciudades, como una manera de llevar esparcimiento artístico a la calle. ¿Cuántas personas nunca han tenido contacto con un piano? Para recuperar el espacio público, y acercar este elegante instrumento a las personas, Jerram los coloca en cientos de colonias para que cualquier paseante se atreva a tocarlos. La alegría y la sorpresa son parte de los efectos del proyecto.

Entre el pasado 17 de marzo y el 23 de abril, este creativo plantó más de 20 pianos intervenidos estéticamente por distintas zonas toda la Ciudad de México. Los pianos son pintados o adornados por las personas que deseen hacerlo. El proyecto se llama Play Me, I'm Yours, una alegoría al sentido de la calle, que es nuestra, pero que pocas veces la sentimos como tal.