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Aunque dejó de ser virgen a los 34, Ed es padre biológico de más de 98 hijos y un experto en la donación de esperma para parejas que no han logrado concebir con otros métodos.

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Probablemente pocas mujeres volteen a ver a Ed Houben en la calle, a juzgar por sus atributos físicos (se parece un poco a Peter Griffin). Reconoce que incluso está un poco pasado de peso. Sin embargo, Houben ha tenido sexo con decenas de mujeres que van a buscarlo con la esperanza de tener relaciones con él y quedar embarazadas.

Hace unos días Houben se reunió con una joven alemana para conocer a Madita, su hija número 98. Y es que desde el 2002, Houben está en una cruzada de donación de esperma, lo que le ha valido el mote del "hombre más viril de Europa", la última opción de muchas parejas de lesbianas y de heterosexuales que quieren concebir pero no han hallado respuesta en la ciencia y en las fertilizaciones in vitro. Además, Ed no lucra con su esperma, sino que lo dona ("de la manera tradicional", por decirlo de manera elegante) a quienes van a buscarlo.

Ed trabaja como guía de turistas en Holanda. Hace más de 10 años comenzó a hacer donaciones en bancos de esperma, y cuando las leyes cambiaron y prohibieron las donaciones anónimas, Ed ofreció sus servicios gratuitamente por Internet. 

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Su motivación es "la bella esperanza de crear una nueva vida que será amada y protegida", lo cual ha realizado con éxito en numerosas ocasiones. Muchas parejas vienen a verlo. Uno pensaría que los hombres podrían sentirse incómodos frente a la idea de que Ed durmiera con sus esposas (en ocasiones en más de una oportunidad); sin embargo, la fertilización tradicional por donadores de calidad como Ed es la última opción para muchos. 

Ed guarda una base de datos sobre cada uno de los integrantes de su numerosa progenie (muchos de sus hijos le mandan dibujos y se mantienen en contacto una o dos veces por año), para prevenir casos de incesto. "Si en algún momento alguno de mis hijos conoce a alguien que no sabe quién es su padre biológico, pueden consultar la lista."

Para protegerse legalmente, Ed solía hacer contratos firmados con las mujeres que lo buscaban (según las leyes de cada país, lo común es que los padres biológicos tengan que aportar manutención de algún tipo), pero ahora solamente confía en la buena voluntad de la gente. 

Aunque desconoce el secreto de su casi infalible capacidad de procreación, Ed perdió su virginidad a los 34 años y no bebe alcohol, aunque tal vez se tome un trago (según dice) cuando nazca su bebé número 100.