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Los 30 años no son el fin de la juventud, sino el inicio de la verdadera aventura creativa, donde los frutos de la educación se manifiestan con más frecuencia en descubrimientos científicos o artísticos relevantes.

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Los niños prodigio, en artes o ciencias, son más bien las anomalías que refuerzan una ley comprobable al menos a nivel estadístico: las grandes ideas, los grandes inventos, los descubrimientos y obras que impactan el curso de la humanidad suelen darse luego de años de trabajo, probablemente al final de la tercera década de vida. Y es que no todos los científicos o artistas son Dougie Houser (el niño médico) o Mozart.

En Age and Scientific Genius, Benjamin Jones y sus colegas analizan las carreras de decenas de ganadores de premios Nobel, y encuentran que los mayores innovadores del siglo XX hicieron sus descubrimientos al final de su tercera década de vida. La edad promedio de los ganadores del Nobel en Física es de 36, la de los químicos 39 y la de los médicos, 41.

genius Tabla de edades en que diversos ganadores del premio Nobel llegaron a sus grandes descubrimientos

Einstein formuló las bases de su teoría general de la relatividad durante los 30, pero existen factores históricos para asegurar que en el pasado el genio debía correr un camino más largo: Copérnico no terminó su teoría del movimiento planetario de nuestro sistema solar sino alrededor de los 60 años.

El factor obvio de estos campos es la educación: luego de pasar 18 años en la escuela, una década más de doctorados e investigación en ocasiones es suficiente para formular esa teoría inmortal o ese experimento innovador; sin embargo, en las humanidades esta tendencia también se refuerza: los escritores y pintores se vuelven mejores con la edad a medida que perfeccionan las herramientas de su arte.

No se puede contar siempre con que el genio nos asista, pero una definición provisional para buscar la excelencia genial podría ser: ver viejos problemas con ojos siempre nuevos. No importa si tenemos 30 o 50 años, la curiosidad y la tenacidad para entregarnos a nuestra vía creativa no envejece con los años. 

genius2 La tendencia histórica del genio científico