Los verdaderos cyborg se parecerán menos a Terminator y más a un organismo con prótesis cibernéticas, dedicadas a expandir y encauzar las funciones orgánicas con la que la vida está dotada: no es una historia de ciencia ficción, sino un experimento del biólogo Oliver Schmidt y sus colegas, quienes han logrado colocar esperma de toro en microcilindros metálicos magnetizados, los cuales pueden ser dirigidos remotamente.
El "microrobot biohíbrido" consta de un pequeño casco de 50 x 8 micrones, sólo lo necesario para que la cabeza del esperma quepa en ella, mientras que el flagelo (o cola) permanece fuera, permitiendo que el esperma se impulse a sí mismo en la dirección fijada magnéticamente a través del casco. El proceso, según el estudio publicado, no es invasivo y sigue la misma lógica que una brújula que se alinea con el campo magnético de la Tierra.
Los investigadores están confiados en que estos "espermas cyborg" serán una gran opción para tratar problemas de fertilidad, además de ser un importante adelanto en cuanto a bionanotecnología. "La combinación de una fuente biológica de poder y un microdispositivo es un acercamiento atractivo al desarrollo de nuevos dispositivos microbióticos con fascinantes aplicaciones futuras."