Antibióticos en el ambiente podrían estar creando súper bichos
Salud
Por: Luis Alberto Hara - 11/13/2013
Por: Luis Alberto Hara - 11/13/2013
Recientemente, la profesora de enfermedades infecciosas Julie Ellis llevó a cabo una investigación en la cual estudió el excremento de cientos de cuervos en Estados Unidos para buscar bacterias. Lo que encontró fue la evidencia de que los animales salvajes están desarrollando una resistencia a los antibióticos.
Lo más raro de todo es cómo antibióticos recetados a seres humanos y al ganado pueden llegar a los intestinos de pájaros salvajes. “Hemos documentado resistencia a las drogas derivadas de humanos en lugares donde no debería estar: en la vida salvaje y en el ambiente”, comentó Ellis para Environmental Health News. La resistencia que encontró en los cuervos fue específicamente a la vancomicina, que se usa para tratar un número de enfermedades entre las cuales están la neumonía y la meningitis humanas.
De acuerdo con los estimados de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades “La mitad de los antibióticos recetados en Estados Unidos son innecesarios”. E incluso el 80% de estas drogas son vendidas para uso ganadero, para promover el crecimiento y prevenir infecciones en los animales que comemos.
La bacteria que vive en los tractos digestivos de los animales puede cambiar genes con la bacteria resistente, resultando en la inmunidad a ciertas drogas. Las personas que ingieren esta bacteria, como en el caso del reciente brote de salmonela que surgió de un lugar donde procesaban pollos en California, no responde a las mismas medicinas que están hechas para tratar esa enfermedad. Es como si las bacterias fueran superdotadas y cancelaran el proceso de sanación por medio de antibióticos.
Aun no se sabe qué significa esto exactamente para la salud humana, pero no es alentador. "El problema es que estamos entrando a una era post antibiótico en la cual nuestras drogas de última línea no funcionarán y las infecciones rutinarias se convertirán en amenazas de vida”, apunta el estudio.
Los pájaros que estudió Ellis pueden haber ingerido la bacteria de aguas negras. Los autores enfatizan que estas aves son migratorias, y por lo tanto viajan largas distancias, esparciendo la bacteria en el camino.