Las esculturas sorprenden no tanto por su detallado trabajo sino por la sensación del espectador de volverse gigante o minúsculo con sólo verlas.
El artista londinense Ron Mueck trabajó durante años creando modelos en resina, fibra de vidrio y silicón durante años para la industria del entretenimiento, además de ser un titiritero consumado en cine y televisión.
Su trabajo ha recorrido el mundo, y lo que asombra no es tanto el grado de realismo (o hiperrealismo, que le llaman) de sus esculturas, sino la forma fantástica de jugar con volúmenes y escalas, modificando la proporción de las piezas de modo que el espectador sienta que es él y no las estatuas las que cambian de tamaño, siendo minúsculos en una sala y gigantes en la siguiente.
