I am still the great Isis! None has yet lifted my veil! My fruit is the Sun.
La intención poética de reencantar el mundo: ese mismo juego infantil de encontrar una puerta en el aire, de creer que las estrellas nos llaman o de que nuestros deseos se convertirán en realidad, quiere permanecer, pese a que la muerte y el miedo lo han trastocado todo. Para el adulto la vía de la magia es sobre todo una: el amor. El amour fou que ante la fugacidad de la vida construye templos fuera del tiempo, un follaje espinado para rasgar el velo de las apariencias, la piel misma que separa el fuego azul, la llama que en la raíz del cuerpo enciende los dínamos del cielo. Es una euforia ingenua tal vez, la de los amantes en la ola, que creen que podrán crear un mundo aparte, envanecidos por vislumbrar el simulacro de la eternidad en su abrazo oceánico, pero acaso es la única ilusión que reivindica el sufrimiento consustancial de habitar en este planeta herido.
Historias mágicas, mitos autopoéticos, un lugar en el que crece una escalera que une al cielo con la tierra, un portal que permite escapar el encarnizamiento de unos pulpos que sofocan el amor de una pareja al final del mundo-- pulpos que unen en la muerte y abren páramos de luz en el mar-- "la radiación del fuego en el agua cuando el alma sana". Arquetipos que desafían la lógica de un principio y un final, la mujer que despierta, bakenti, que da a luz (descubres que en tu cuerpo crecen delicadas enredaderas), el hombre andrógino que se alza en el río de cristal y la serpiente que al besarse a sí misma cumple una prístina promesa. Esta es la propuesta de Celestial Twins, un compromiso con la sagrado cotidiano: ritualizar la existencia para encontrar un sentido que en el misterio los dioses ocultaron de los hombres --para recrearse a sí mismos.
Celestial Twins son Diego Barrera y Julieta Triangular, hermanos mellizos nacidos en Bogotá, artistas itinerantes cuyo medio es la imagen como puente entre realidades. Según nos platicó Julieta Triangular:
Celestial Twins es una comunidad de cine experimental y nuevos medios dedicada a la metafísica y la estética radical, basamos nuestro proceso creativo en la investigación del desdoblamiento astral, Isis y Osiris, la boda alquímica, los colores como vibración, la emancipación y la ciencia ficción. Mediante la utilización de diferentes formatos analógicos, como es el caso de nuestros primeros trabajos en Super8, buscamos la purificación de los contenidos psíquicos relacionados con los estados embrionarios, consideramos que el tiempo ha sido usado como un instrumento político sobre nuestras propias vidas, y es necesario la regeneración de la temporalidad, la revitalización del origen y la percepción, el regreso al agua primordial que une lo que ha sido separado. Nuestros proyectos buscan un compromiso colectivo que transforme los sentidos, y nos reconecte con los arquetipos celestes.
El nuevo videoclip de Diego Barrera Hall of Ice presenta una expiación de alquimia crística bajo la máxima solve et coagula, con un filtro glacial un bosque es el escenario de un extraño sacrificio, agua, rosas, sangre y una serpiente fantasmal son los elementos que se conjugan en este caso para efectuar una catarisis --liberarse del yugo cristiano-- , sanar la herida que el mismo video (y la mujer) encarna y permitir la resurrección del hombre andrógino (Rebis) --que ha fusionado los opuestos.
Revisar el trabajo de los Celestial Twins es un hechizo de escapes oníricos, de rituales lúdicos, de posibilidades de volar en el cosmos del cuerpo. Con influencias del ocultismo que remiten a Kenneth Anger, a Jodorowsky o a Matthew Barney, con una estética hiperreal, por momentos futurista, por momentos medieval, sus videos pretenden ser operaciones de alquimia, tecnología del éxtasis o poemas simbolistas, que a veces alcanzan magistrales momentos, que también llegan a infatuarse en su propia miel. Corazón Ciego, por ejemplo, es una "iniciación supradimensional" entre dos chicas que son casi la misma. Siempre el tema del agua como el medium del erotismo, un fuego que robaron los delfines del cielo, burbujas y espejos, el reconocimiento de que somos portales de los otros.
El más reciente proyecto de Julieta Triangular, Soledad Acuática versa sobre uno de los temas capitales (y aún pendientes) de nuestra cultura, una especie de precesión de los equinoccios o del campo magnético de la conciencia de nuestro planeta: del acendrado paternalismo a la sociedad de parejas enarbolada por el resurgimiento de la feminidad, la mujer dormida que debe dar a luz y ofrecer su caliz, de vino y jugos vitales, al sol. Nos cuenta Julieta:
Soledad acuática nace de las preguntas ¿dónde esconden el miedo los adultos? ¿Si no hay pasado, ni hay futuro, de dónde viene todo este dolor? A partir de estas preguntas, la protagonista Amanda Sommer comienza su búsqueda del amor divino y el perdón, intentando acabar con su pasado derramándose sobre ella y ahogándola, es capaz de regenerar su cuerpo y memoria, recuperar su inocencia cósmica. YO SOY LA RESURRECIÓN, se dice a sí misma; los iniciados siempre sufren pero cuando descubren que ya son el maestro (ella es su propio guia) dejan de alimentar a sus miedos y a los espejismos que ellos crean con su propia sangre --se da a luz a sí misma, un parto, un nuevo embrión, la trasmutación en la superficie. INVOCO LA VERDAD QUE HAY EN MÍ.
El acto mágico por antonomasia es la invocación del propio espíritu, como bien develó el Golden Dawn. La operación primordial del adepto en el arte oculto y en el arte poético.
Huérfanos de Astronautas es un cortometraje apocalíptico en el que una pareja, encarnando el arquetipo de Romeo y Julieta, del veneno como alquimia, busca escapar del fin del mundo hacia otra dimensión, tomando control de su muerte y dirigiéndola en su paroxismo. Una historia que refleja el punto más radical del amor, que borra el mundo en su pasión –después de ellos el diluvio.
Con respecto a Huérfanos de Astronautas, fue un sueño que tuve. Soñé que dentro de un espacio cerrado similar a un metro subterráneo (pero blanco), seres de otras dimensiones, organismos se alimentaban del dolor, estaban pegados a las médulas de las personas, algunos humanos se los retiraban del cuerpo, pero otros, al ser invisibles estos organismos simplemente vivían con ellos, en una especie de simbiosis del dolor. Lo que hice entonces fue materializar a estos organismos y, en mi fascinación por la inteligencia de los cefalópodo,s considere utilizarlos como símbolo. No es que estos organismos sean malos o buenos, no presentan esa condición, simplemente son, es por eso que en el fin del mundo, al necesitar alimento = dolor, comienzan a hacerlo en forma de un beso eterno con los humanos y depende de esta pareja que ha pasado etapas sutiles y densas elegir que hacer: encontrar un portal, transmutar, manifestarse como vida o elegir el sufrimiento y convertirse en alimento de los pulpos. Yo también soy una amante del fin del mundo, porque creo que se crean y destruyen mundos constantemente, de nosotros depende, cubiertos de signos, consagrar las pulsaciones de la naturaleza, la verdad, educarnos en los misterios divinos, en el movimiento vibratorio de la luz, y trasformarnos constantemente.
Por momentos podríamos pensar que los Celestial Twin pretenden demasiado, que quieren comerse galaxias en sus manos tremulas, pero su osadía es el reflejo del coraje de su imaginación, su visión es la antesala de la materialización (del espíritu). Y si esa materialización sucede con el acabado de la estética más refinada o con un voltaje explosivo de invitaciones que no se concretan, aún así han conjurado reinos para nosotros, para nuestros juegos con esa misma zona encantada. El susurro en la floresta que promete un paraíso radiante se agradece, más allá de que nos lleve o no a ese sitio (el secreto ya nos ha seducido). Surtidero, tierra de granadas, las imágenes son puertas, así el espejo se vuelve líquido –o un cuadro de video nos muestra el mar en el aire. Nos llamamos mutuamente y no es necesaria una narrativa progresiva para escapar del tiempo, un sólo instante basta para eludir por siempre al guardían, para convencernos y enamoranos, para abrir ese jardín inmanente, la presencia presentida, el diamante ubicuo en el iris de la mujer y en el centro de la galaxia. Las imágenes enamoradas de la eternidad, los símbolos –síntesis de la imaginación divina– son el vehículo.
Twitter del autor: @alepholo